Vida y música de Claudio Debussy


En esta columna Temas musicales, continuamos con La vida y música del gran maestro Claudio Debussy y como homenaje del autor a Casiopea, alegrí­a deshojada, luz que me aprisiona, sonoridad de fuente, enhiesto trigo maduro y alta estrella de mar danzante en la constelación Marte, dulce caracola posada en mis oí­dos.

Celso Lara

Massenet era el maestro más popular en el Conservatorio y, como revelan claramente las canciones Muil d»ételles, Beauseir y Fleur des blés, Debussy fue indudablemente en sus primeros años, uno de sus discí­pulos.

A principios de septiembre encontramos a los von Meck y Debussy en Florencia.

Muchas de las primeras piezas pasaron a manos de miembros de la familia Von Meck o desaparecieron en la época de la revolución o han permanecido inéditas.

La pequeña composición enviada a Tchaikovsky era la recién descubierta y publicada: Danse bohémienne. Tchaikovsky observó que era «una cosa muy linda, pero demasiado corta.

Continúa Tchaikovsky: No se desarrolla ningún pensamiento determinado al final, la forma es un poco chapucera y no hay unidad». Crí­tica aguda, aunque sin duda desalentadora para Debussy, que podí­a haber compartido algunos de los sentimientos de su protectora hacia Tchaikovsky.

Parece que en Florencia se pidió a Debussy que tocara en el trí­o familiar con el violinista Pachulsky y el violoncellista Danilchenko. Inferimos que éstos se mantení­an en términos cordiales con los niños. Una canción llamada Rondeau que Debussy compuso en 1880 sobre unos versos de Alfred de Musset lleva esta dedicatoria: «Pour mon ami Alexandre de Meck. Souvenir bien affectueux».

Pachulsky se casó con Julia y Maximilian Meck recuerda que Debussy se enamoró de su hermana Sophie, pidiéndole que se casara con él. Ella tení­a entonces dieciséis años y se negó en forma categórica.

El 29 de septiembre de 1880, Mme. von Meck informa a Tchaikovsky que su «francesito» habí­a concluido su trí­o. «Siento no poder enviárselo para someterlo a su juicio, pero se marcha en breve y no tendrí­a tiempo de copiarlo todo».

Este es, sin duda, el Trí­o en Sol mencionado por M. Vallas en su obra sobre Claude Debussy.

Ha permanecido inédito y está dedicado en términos afectuosos a su maestro de armoní­a, Emile Durand. Su primera publicación parece que fue un arreglo, hecho a pedido de su protectora, de las danzas españolas, italianas y rusas del ballet de Tchaikovsky El Lago de los Cisnes.

Indudablemente el Debussy de los dieciocho años apreció en extremo los agradables deberes de su puesto y las oportunidades de trabajar que tení­a en la Villa Oppenheim. «Imagine usted: Este muchacho se lamentaba con amargura cuando nos dejó», escribe Mme. von Meck el 31 de octubre. «Naturalmente, yo estaba muy conmovida; el pobre tiene corazón muy fiel. No se habrí­a ido si sus maestros del Conservatorio no hubiesen rechazado su instancia para una prolongación del permiso».

En la primavera siguiente trató de renovar su contrato. Mme. Von Meck se encontraba entonces en Rusia. El 12 de mayo de 1881 escribió a Tchaikovsky desde Mailov, en Ucrania: «Mi francesito está ansioso de venir aquí­. No tendré ánimo para rechazarlo, aunque tengo un pianista, Pachulsky el mayor».