POR CRISTINA CAMACHO FAHSEN
Desde la perspectiva lineal
de este rincón del Universo,
en el brazo Sagitario
de nuestra Vía Láctea,
rodeado de aparente silencio
un pequeño Sol amarillo
de tormentosas emisiones
ilumina y da calor
a sus durmientes planetas.
La mayoría son gaseosos,
dorados y celestes
que a su vez dan giro
a misteriosas lunas
esculpidas por el tiempo
portadoras de posible
vida microscópica.
El tercer planeta es decorado
con vida de inteligencia media
que lucha por subsistir
acabado con su propio mundo.
Más allá de este poético
y minúsculo sistema
se descubren planetas
destellantes y sublimes,
rocosos y gaseosos
dejando abierta muestra mente
para pensar e intuir
en la multiplicidad
de la vida iluminada
dentro de la dúctil materia,
para pensar que la inteligencia
y la vida son una constante
en este insinuante,
voluble y místico Universo.