Victoria esperada del oficialismo


El canciller de Sri Lanka, Rohitha Bogollagama (C), se acerca a sus partidarios fuera de un colegio electoral en Colombo. AFP PHOTO / S. Ishara KODIKARA

Sri Lanka votaba hoy en las primeras elecciones legislativas tras el fin de la guerra contra la rebelión tamil, que deberí­an culminar en una amplia victoria del partido del presidente Mahinda Rajapakse frente a una oposición muy dividida.


Con su principal opositor encarcelado -el ex jefe de las fuerzas armadas Sarath Fonseka- esta votación ofrece al jefe del Estado la mejor ocasión para consolidar su poder. Para este efecto pidió a los electores que diesen a su partido la mayorí­a de los dos tercios necesarios para enmendar la Constitución.

Mahinda Rajapakse, reelegido el 26 de enero con 57,9% de los sufragios, habí­a firmado poco después un decreto de disolución del Parlamento.

Fonseka, su rival en la presidencial y artí­fice de la victoria contra los rebeldes tamiles, fue detenido después, acusado de preparar un golpe de Estado.

Para los cingaleses estas son las primeras elecciones legislativas en las que pueden participar sin temer a la violencia de la rebelión separatista tamil, aniquilada en mayo pasado por el ejército, después de tres décadas de un sangriento conflicto.

«Quiero un Parlamento muy fuerte para desarrollar el paí­s», declaró el jefe del Estado a la prensa después de haber votado en el sur de la isla, donde su hijo mayor es candidato.

Si bien no precisó las enmiendas que querí­a hacer a la Constitución, la oposición teme que se trate de aumentar el número de mandatos presidenciales, actualmente limitados a dos.

El principal partido de oposición UNP (United National Party), acusó el miércoles al partido del presidente, la Alianza de la Libertad del Pueblo Unido (United People»s Freedom Alliance) de abusos durante la campaña electoral, agregando no se esperaba un voto libre y justo.

La UNP acusó en particular a la administración Rajapaske de haber utilizado bienes pertenecientes al Estado para hacer campaña, de haber utilizado los medios gubernamentales y de haber amordazado a la prensa independiente.

Estas acusaciones, desmentidas por las autoridades, sin embargo no deberí­a tener un impacto mayor sobre las intenciones de los electores, que deberí­an manifestar una clara preferencia por la UPFA en la senda de la victoria espectacular del jefe del Estado en la presidencial del 26 de enero.

La derrota de los Tigres de Liberación del Eelam Tamul (LTTE) en mayo de 2009, que se habí­an levantado en armas para exigir la creación de un territorio independiente, determinó ampliamente la victoria de Rajapakse. En 37 años, este conflicto dejó entre 80.000 y 100.000 muertos según las Naciones Unidas.

Aún cuando la UPFA no deberí­a tener ningún problema para obtener más de la mitad de los 225 escaños del Parlamento, el sistema proporcional vigente hace aún improbable una mayorí­a de dos tercios.

Los 14 millones de electores deberán elegir entre un total de 7.620 candidatos de 36 partidos polí­ticos y de 310 formaciones independientes. Los primeros resultados son esperados el viernes a mediodí­a.

La oposición que en la presidencial se habí­a unido en torno a Sarath Fonseka, actualmente procesado en una corte marcial, no consiguió unirse ahora.

Desde su celda, el ex general Fonseka se presentó candidato en tanto jefe de la Alianza Nacional Democrática (Democratic National Alliance), pero fracasó en su intento de convertirse en lí­der de la oposición.

Unos 20.000 soldados fueron movilizados para apoyar a las fuerzas del orden.

El Centro Independiente de Control de la Violencia Electoral (CMEV) contabilizó 160 incidentes desde la apertura de los colegios electorales a las 07H30 locales.