La derrota de los republicanos en las elecciones estadounidenses de medio mandato, ampliamente atribuida a la gestión de la crisis en Irak, fue recibida hoy con prudencia incluso en Oriente Medio, y nadie espera grandes cambios en la política de Washington.
Ni en Irak ni en el mundo árabe hubo manifestaciones de entusiasmo, aunque los demócratas hayan reclamado una nueva política en Irak.
«Históricamente, el partido demócrata estadounidense ha dado mayor apoyo a Israel que el propio partido republicano», declaró a la AFP Mohammad Al Zolfa, miembro del consejo consultivo saudí.
Por su parte, el embajador de Estados Unidos en Irak, Zalmay Jalilzad, subrayó que el presidente George W. Bush sigue siendo el «artífice» de la política exterior de su país y que «continuará su misión en Irak, a pesar de las grandes pérdidas de los republicanos en las elecciones legislativas».
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, pidió un «compromiso renovado» de los norteamericanos para relanzar las negociaciones de la ronda de Doha en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
«Es muy importante, ahora que las elecciones quedaron atrás, que tengamos un compromiso renovado del lado norteamericano para hacer revivir las negociaciones de Doha», explicó.
De su lado, el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, estimó que después de las elecciones en Estados Unidos existe «una pequeña ventana para reanimar las negociaciones de la ronda de Doha» en la Organización Mundial del Comercio, indicó su portavoz, Peter Power.
El primer ministro conservador japonés, Shinzo Abe, estrecho aliado del presidente estadounidense, aseguró que la derrota republicana no cambiará la política de Japón hacia Irak.
Abe hizo hincapié en que «la ayuda a la reconstrucción de Irak está apoyada por la comunidad internacional».
La victoria de la oposición demócrata en el Congreso estadounidense no afectará «la capacidad de acción en materia de política exterior» de la administración Bush, estimó el portavoz del gobierno alemán, Ulrich Wilhelm.
Berlín, que no quiere «comentar el resultado de los comicios», mantendrá de todas maneras una «estrecha cooperación» con Washington «para hacer frente a todos los grandes desafíos internacionales», añadió.
Por su parte, el coordinador del gobierno alemán para las relaciones con Estados Unidos, Karsten Voigt, estimó que la victoria de los demócratas podría hacer que Washington esté más atento a las prioridades de Berlín, por ejemplo sobre el clima.
Pero este resultado también acentuará las demandas estadounidenses a Alemania de una mayor contribución en el exterior, por ejemplo en Afganistán, añadió.
«No hay duda de que la cuestión iraquí ha tenido una influencia dominante» en las elecciones, declaró el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, aliado de Washington.
Con él coincidió el jefe del gobierno italiano, Romano Prodi, para quien la derrota de los republicanos se debe «fundamentalmente» al conflicto en Irak, según los medios locales.
Los socialistas europeos expresaron su satisfacción por «el principio del fin de seis años de pesadilla para el mundo», según el presidente de este grupo en el Parlamento Europeo, Martin Schulz.
Esta victoria «permite a Europa y Estados Unidos renovar su asociación y preparar una agenda dinámica y progresiva para un desarrollo pacífico global», aplaudió.
«Buena noticia para el clima», subrayaron de su lado los ecologistas de Greenpeace y del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, recalcó que «por primera vez, una mujer será presidenta de la cámara de representantes y por primera vez habrá un representante musulmán».
Efecto económico
La victoria demócrata en las elecciones a la Cámara de Representantes estadounidense debilitaba el miércoles al dólar, pero su impacto en las principales bolsas mundiales -aunque en baja- y en las cotizaciones del petróleo era limitado.
Hacia las cinco de la mañana (hora de Guatemala), el euro cotizaba a 1,2804 dólares contra 1,2773 el martes a las cuatro de la tarde (hora de Guatemala).
«Nadie quiere sostener al dólar si los demócratas van a controlar la política económica de Estados Unidos», explicó Shinji Kobayashi, analista de cambios del banco japonés Resona.
La oposición demócrata conquistó el martes la Cámara de Representantes y parecía en medida de controlar igualmente el Senado, obligando al presidente republicano George W. Bush a una difícil cohabitación.
La victoria demócrata «significa que las políticas económicas estadounidenses serán más medidas, lo que inducirá a la gente a vender dólares», coincidió Tohru Sasaki, estratega de JPMorgan Chase Bank.
En cambio, en las principales plazas bursátiles, el impacto de las elecciones en Estados Unidos era mucho más limitado.
Tokio terminó en baja de 1,08%, afectada por el triunfo demócrata, pero los retrocesos de Hong-Kong (-0,68% ), Seúl (-0,53%) y Sidney (-0,59%) fueron atribuidos a razones puramente locales.
A las cinco de la mañana (hora de Guatemala), en las plazas europeas Londres perdía 0,50%, Paris 0,47% y Francfort 0,45%, un retroceso debido también a factores endógenos, como tomas de beneficios tras los récords logrados en los pasados días en las bolsas europeas, más que a los resultados electorales en Estados Unidos.
«Desde un punto de visto económico, se esperan pocos cambios con la nueva situación», afirmó Franí§ois-Xavier Chevallier, director de estrategia de la sociedad de corretaje CM-CIC.
La perspectiva de una victoria demócrata no impidió a Wall Street terminar en alza el martes por la noche. El Dow Jones Industrial Average (DJIA) y el Nasdaq ganaron cada uno 0,42%, e incluso algunos inversionistas consideraron positiva la perspectiva de un bloqueo político.
«Un Congreso dividido entre los dos partidos (si el Senado permaneciera en manos republicanas, ndlr) no provocaría importantes cambios políticos en los dos próximos años, y eso puede ser percibido como positivo por el mercado», aseguraron los analistas de Briefing.com.
En el mercado petrolero, la mayoría de los analistas no espera un impacto especial tras el avance de los demócratas. Algunos opinan sin embargo que podría producirse una flexibilización de la política de Washington en Medio Oriente, principal región exportadora de oro negro, lo que podría reducir la prima de riesgo en las cotizaciones del petróleo.
En Nueva York, el barril de «light sweet crude» para entrega en diciembre ganaba 16 centavos a 59,09 dólares en los intercambios electrónicos hacia las cinco de la mañana (hora de Guatemala).
En Londres, el barril de Brent del mar del Norte subía 15 centavos a 58,63 dólares.
La derrota republicana en las elecciones legislativas y estatales en Estados Unidos obligará al presidente George W. Bush a realizar cambios en el rumbo de su gobierno, en particular en Irak, opinó la prensa estadounidense hoy.
Pero los comentaristas también consideraron que el triunfo demócrata en la Cámara de Representantes forzará al partido de oposición a buscar consensos y llegar a acuerdos con el oficialismo durante los últimos dos años de gobierno de Bush.
Prácticamente todos los diarios importantes de Estados Unidos consideraron que los resultados del martes eran un golpe para el gobierno de Bush.
«La era de control republicano en Washington terminó estrepitosamente en las elecciones de medio término, y advirtieron a un presidente orgullosamente inflexible que los votantes quieren cambiar, especialmente en la guerra en Irak», indicaron los analistas del diario The Washington Post.
Lo peor para los republicanos, según el Post, es que «perdieron el centro del espectro político por la guerra en Irak, según las encuestas a boca de urna. Los votantes que se identificaron a sí mismos como independientes apoyaron masivamente a los demócratas, así como los que se describían a sí mismos como moderados».
Por su parte, The New York Times indicó que «el péndulo de la política estadounidense se alejó ayer de la derecha, dando fin a 12 años de revolución republicana en el Capitolio y propinando una dura reprimenda al presidente Bush y la guerra en Irak».
Bush «seguramente enfrentará presiones para reevaluar su política hacia Irak -ya no solamente de parte de los demócratas, sino de su propio partido», agregó el Times.
Pero el diario neoyorquino concluyó que ahora también los demócratas tendrán una prueba por delante: estos comicios «transformarán los últimos dos años de Bush al frente del gobierno y obligarán a los demócratas a dejar de ser una oposición tajante y convertirse en socios en el poder».
Los líderes demócratas «ya han indicado que no cortarán el financiamiento a la guerra; en varios sentidos, su mayor poder consistirá en su habilidad para investigar, llevar a cabo audiencias y ejercer el control que según ellos faltó en los años recientes», indicó el Post.
The Wall Street Journal destacó que ambos partidos «serán forzados a lidiar uno con el otro para que el gobierno pueda funcionar durante los próximos dos años».
Bush felicita a demócratas
El presidente estadounidense, George W. Bush, llamó a dos dirigentes de la oposición demócrata la mañana de hoy para felicitarlos por su victoria en las elecciones legislativas de ayer y expresarles su voluntad de trabajar con ellos, indicó la Casa Blanca.
Bush invitó a la probable próxima presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, y al representante demócrata Steny Hoyer, a desayunar mañana en la Casa Blanca, indicó la portavoz Dana Perino.
Esa es una nueva expresión de la voluntad de Bush de gobernar con una nueva mayoría legislativa demócrata, agregó.
Fin de pesadilla
Los eurodiputados socialistas saludaron hoy la victoria de los demócratas en las elecciones parlamentarias norteamericanas, un resultado que a su entender es «el inicio del final de seis años de pesadilla para el mundo».
«Vuestra victoria permite a Europa y Estados Unidos renovar su asociación y preparar una agenda dinámica y progresista para un desarrollo pacífico y global», declaró Martin Schulz, presidente del grupo socialista en el Parlamento Europeo, en un mensaje de felicitaciones al Partido Demócrata.
«La administración Bush está seriamente debilitada por la victoria demócrata. Vemos ahora el inicio del final de seis años de pesadilla para el mundo», se congratuló.
La oposición demócrata conquistó el martes la Cámara de Representantes y peleaba por el control del Senado, condenando al presidente George W. Bush a una difícil convivencia hasta su partida de la Casa Blanca a principios de 2009.
Nancy Pelosi, la gran ganadora
La demócrata Nancy Pelosi, defensora del aborto, opositora a la guerra y enemiga acérrima de la derecha republicana, será el principal enlace entre el Congreso y el gobierno de George W. Bush, tras el triunfo de los demócratas ayer en la Cámara de Representantes.
La representante por California (oeste) de 66 años que hasta ahora era la jefa de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, pasará a ser la primera mujer en la historia en presidir la Cámara de Representantes y la tercera en la línea de sucesión para la Presidencia de Estados Unidos, luego del presidente Bush y su vicepresidente Dick Cheney.
Tras la victoria de su partido el martes, que desde 1994 no controlaba la Cámara de Representantes, Pelosi prometió impulsar un giro de la política de Estados Unidos en Irak porque «los estadounidense votaron hoy por un cambio y porque los demócratas asuman una nueva dirección de nuestro país», dijo.
«Los estadounidenses fueron muy claros: es necesario un cambio de dirección en Irak. Continuar (con la política actual) no ha hecho a nuestro país más seguro, no ha honrado nuestro compromiso con nuestros soldados y no ha reforzado la estabilidad en la región» del Medio Oriente, afirmó Pelosi en un discurso en el comando de campaña demócrata en Washington.