En el curso de la campaña electoral el gobierno y el grupo más cercano a la mandamás, la que fuera mujer del Presidente, realizaron pactos con sectores para ofrecerles el oro y el moro a cambio del apoyo a la candidatura ilegal que se estaba impulsando. Los maestros pactaron con el Gobierno un aumento de sueldo que no se ha concretado porque simplemente ni hay recursos ni existe partida para cubrirlo, y ahora vemos a los alcaldes, que también cayeron de papos cuando la Anam fue instrumentalizada con fines electoreros, reclamando en Finanzas que les asignen el dinero ofrecido.
Ya sabe el lector que ante la prohibición para que se usen ONG para realizar obra pública, los Alcaldes se opusieron y afirmaron que las seguirán utilizando. El fondo de la cuestión es que muchos vendieron el cuero antes de matar la vaca y con los ofrecimientos que les hicieron antes de las elecciones se tiraron a realizar obras que les dejaron ganancias personales y que esperaban cubrir con el aumento de los aportes del Ejecutivo derivado de los arreglos hechos con la gente de Torres.
Hoy resulta, que como con los maestros, no sólo no hay partidas y el Congreso tendría que autorizar las transferencias, sino que, además, no hay dinero para cubrir lo que los alcaldes esperaban. Por ello, desesperados, decidieron actuar de manera ilegal tomando las instalaciones del Ministerio de Finanzas, porque se les agota el tiempo. En un mes estarán dejando sus cargos muchos de ellos, empezando por el Presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades, y por esa razón les resulta urgente que el Gobierno haga las asignaciones correspondientes porque si no se quedan sin las comisiones que ya pactaron con los contratistas que se prestan al juego perverso de la corrupción.
Falta todavía mucho por ver la forma en que se instrumentalizó al aparato del Estado para impulsar una candidatura ilegal. Toda la estructura institucional se puso al servicio de la ambición de la esposa del Presidente de la República, quien no tuvo la entereza de asumir su obligación de respetar y hacer que se respete la Constitución Política de la República, permitiendo el manoseo de todo y de todos, haciendo que el único fin del cacareado “Gobierno de ílvaro Colomâ€, como decían los carteles, fuera el de atender las constantes y persistentes demandas de la mandamás, de la esposa de Colom quien realmente dirigió al país estos cuatro años usando a su marido como pantalla.
Lo que un marido haga en su vida privada es cosa de él, pero cuando se pone al Estado a los pies del o la cónyuge por falta de carácter y sometimiento, el asunto trasciende de lo personal.
Minutero
Los maestros y los alcaldes
fueron bien manipulados
y después de engañados
recibieron fríos baldes