Fernando Ramos
El tema de las relaciones de pareja es complicado; que dos personas sean compatibles al ciento por ciento es casi imposible. Por supuesto que existen casos de marido y mujer que pasan toda su vida juntos, pero la regla es que surjan diferencias, algunos se soportan y, llegados a cierta edad, logran salvar el escollo, aunque lo más frecuente es que la relación termine.
La forma de echar a perder la convivencia con otra persona, tiene múltiples variantes; la más común es enamorarse de alguien distinto, pero los más creativos se las ingenian para salir con el o la cuñada, con el o la suegra, con algún tío o tía, con el o la mejor amiga, con el o la hija adoptiva, con el jardinero, con la masajista, con el chofer, con la cocinera, con una pareja gay; las posibilidades tienden al infinito, incluyendo, por supuesto, hacer que alguno de los dos desaparezca físicamente.
A lo largo de su dilatada trayectoria, Woody Allen ha explorado este tema; en su filmografía se puede encontrar buena cantidad de títulos al respecto. Su más reciente trabajo, «Vicky Cristina Barcelona», es una muestra.
El argumento gira en torno a la visita que dos chicas estadounidenses hacen a Barcelona. Vicky (Rebeca Hall) es centrada, está comprometida, su intención es conocer la ciudad, tener una estadía tranquila. Cristina (Scarlett Johansson) es atrevida, tiene la intención de explotar al máximo su días cerca del Mediterráneo. La trama se complica cuando aparece en escena Juan Antonio (Javier Bardem), un pintor que llega a moverles el piso. Avanzado el filme aparece María Elena (Penélope Cruz), la impredecible ex mujer del pintor.
La película tiene los ingredientes del típico cine de Allen, enredos, seducción, diálogos largos, algunas veces inteligentes, otras triviales; pero no alcanza el nivel de sus mejores producciones, pues mucho de lo que acontece en pantalla resulta artificial; de hecho los cuatro personajes principales tienen algún defecto en su construcción.
El problema es que los hechos fundamentales de la cinta suceden de manera abrupta, y a partir del primer enredo la historia se vuelve predecible. Ciertamente, hay equilibrio entre actores, guión, dirección y la elección de las locaciones: Barcelona también es un personaje; tal situación hace que el filme llegue a ser entretenido, con buen ritmo, pero sin momentos brillantes. Los actores hacen su trabajo, sobrio, todos están a la altura; pero los cuatro principales caen en algún estereotipo: Javier Bardem hace el papel de latin lover; Penélope Cruz, el de mujer neurótica; Rebeca Hall, de mujer insegura; Scarlett Johansson, de mujer fatal, papel que, por cierto, repite bajo la dirección de Allen (ya lo hizo antes en «Match Point»).
«Vicky Cristina Barcelona» ha recibido más elogios de los que merece; no es una gran película, tampoco es mala, porque entretiene, pero no es el cine que llama a la reflexión, ni aquel que muestra grandes actuaciones; lo de Penélope Cruz es exagerado, ella realiza buena ejecución, pero aparece pocos minutos en pantalla.
Completan el reparto: Patricia Clarkson, Kevin Dunn, Chris Messina y Zak Orth.
Calificación 7/10
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TíTULO
Vicky Cristina Barcelona
DIRECCIí“N
Woody Allen
GUIí“N
Woody Allen
FOTOGRAFíA
Javier Aguirresarobe
REPARTO
Javier Bardem
Penélope Cruz
Scarlett Johansson
Rebecca Hall
Patricia Clarkson
Kevin Dunn
Julio Perillán
Chris Messina
Lloll Bertran
Abel Folk
Joel Joan
Jaume Montané
PAíS Y Aí‘O
España, 2008
Gí‰NERO
Drama
PRODUCTORA
Mediapro