Ví­as elevadas


Hoy el nuevo caballito de batalla lo presenta la necesidad de ví­as elevadas, podrí­a ser una solución, pero que se necesita expropiar y ampliar las calles ni objeción existe, ¿En dónde se apoyarán las ví­as elevadas?; se necesita por lo menos, una columna central, en un sistema diseñado en voladizo; carí­simo por supuesto, lo cual reduce el espacio de tránsito en el nivel inferior.

Carlos Asturias

Paco Cáceres en su opinión expresa que lo barato sale caro, la realidad es que nuestro sistema ha fallado desde las raí­ces, por no aplicar la ley, todo se basa en dictámenes legales que aunque tengan el respaldo legal, jamás se concretan. A menos que se procediera de la manera en que se hace común y corrientemente, se diseñan carreteras con el derecho de ví­a correspondiente, al poco tiempo los propietarios de este tramo corren sus cercos hacia el centro, cercenando nuevamente el derecho de ví­a y vamos de nuevo a pagar un derecho para futuras ampliaciones. ¿Cierto o no? Me entero que el jefe de catastro de Petén renuncia y regresa a su puesto anterior y quien aclarará las invasiones que a diestra y siniestra se suceden en Petén, o seguiremos con ese desfasado catastro de propiedades de tierra de varios niveles.

Nadie puede oponerse al deseo del ex jefe de catastro del departamento, a lograr una mejora y quien sustituyó al anterior, Lic. Castellanos que habí­a sido entrenado para dicha labor y ahora aparecen invasores por todos lados, que sin lugar a dudas están fuertemente financiados. Como acostumbro y es norma en mi forma de ser, mi esposa tiene un terreno en Punta Pichain, de más de 25 años de propiedad, sus pagos en la municipalidad al dí­a, sus registros catastrales en orden, ahora un perico de los palotes que compró a muertos, según parece, deforesta el área en donde se tramitaba la construcción de un mí­nimo complejo eco turí­stico.

Mi esposa presentó su papelerí­a a su debido tiempo en el catastro respectivo, obrando en mi poder copia de recibido el expediente desde hace ya suficiente tiempo, al cual no se le ha dado el seguimiento respectivo por esa serie de cambios que parecen ser eslabones de una cadena previamente diseñada para hacer a su sabor y antojo, lo que desee. A quien hay que dirigirse ahora para que procedan a quitar al invasor y reconozca los daños y perjuicios o sencillamente cerramos los ojos y permitimos esas atrocidades.

Increí­ble pero cierto, en Petén aparecen propiedades, una sobre la otra como si fuera un edificio de varios pisos ante la irresponsabilidad de darle la necesaria responsabilidad al catastro departamental. Cuánto deberemos aguantar y sufrir los ciudadanos comunes y corrientes, mientras los largos se aprovechan del desbarajuste existente, las elecciones están listas para demostrar hasta dónde y con quienes debemos soportar esa corrupción y narcoactividad.