Chahal tiene un río del mismo nombre. En la actualidad colinda con Fray Bartolomé de las Casas al Oeste, con El Estor al Sur.
Se encuentra a una distancia considerable de Cobán. Las montañas que lo rodean son: Chama, Santa Cruz, y más lejos las montañas mayas. No pertenece a tierra alta, cercano está el ensanchamiento de un río, conocido el lugar con el nombre del Embarcadero.
Sus habitantes permanecen familiarizados con el río Cahabón y el municipio del mismo nombre, el municipio de San Luis en Petén y el rápido de Gracias a Dios en el río Sartoon.
Por razones de comercio sus habitantes llegan al río Polochic y la serie de pueblos en su curso, así también el lago de Izabal.
San Agustín Lanquín y San Gaspar Chajul de los Reyes son lugares frecuentados.
Al Norte el sitio arqueológico de Cancuén y el río que lleva el mismo nombre.
En la orilla de Chahal pasa un oleoducto por donde sale nuestra riqueza del petróleo.
En aquella lejana época de la colonia para conectar la ciudad de Santiago con Petén existían angostos caminos que pasaban por estos lugares, incluyendo Chisec.
La población indígena hasta hace pocos años todavía presentaba un elevado analfabetismo. Durante la Colonia a pesar de las leyes protectoras los nativos fueron víctimas de malos tratos, pagos de tributos, trabajos forzados para construir casas, epidemias y otros inconvenientes que hicieron disminuir la población en el Manché.
El Chol fue otros de los grupos nativos que se extinguieron en lo que hoy es Guatemala.
En el Archivo General de Centro América existen documentos que ilustran ciertos pasajes, por ejemplo, en la gaveta 5 – 20. Signatura A3. 16. Exp. 40543. Legajo 2804. «Fundación de pueblos. La Sabana. Año 1631. Martín Alfonso de la Tovilla, informa que al haber reducido a poblado a los indios del Manché, fundando el pueblo de La Sabana, les tasó el tributo que deberían pagar desde 1632».
En el documento: Al. 12.6. Exp. 2035. Legajo 94. Año 1700. Tomando en cuenta las entradas en tierras de los Lacandones, las reducciones y congregaciones de algunos de los nuevos pueblos de Nuestra Señora de los Dolores y San Ramón, se formó un presidio o fortaleza de treinta hombres, para guardia de los pueblos. Los padres de Nuestra Señora de la Merced podían desempeñar su misión con mayor seguridad. Hubo necesidad de construir estos presidios para evitar que los indígenas se retirasen de los pueblos recién formados y practicasen de nuevo sus idolatrías. Los Lacandones nunca quedaron conquistados ni en lo militar y menos en lo económico.
Hubo traslados territoriales del presidio o fortaleza del pueblo de Dolores del Lacandón. Llevando los indígenas una existencia muy difícil en la selva y sin aceptar el dominio español.
Los indígenas vivían de conformidad con las Ordenanzas para practicar su religiosidad, fiestas patronales, vida familiar y de trabajo. El Alcalde Mayor cuando viajaba visitando las comunidades llevaba intérpretes pues eran muchos los idiomas.