Viajar para aprender


Quién dice que los viajes de los funcionarios públicos no son importantes y de trascendencia enorme por lo que aprenden en esos periplos que, si bien cuestan mucho dinero, sirven para ilustrar a quienes no tienen otra forma de adquirir conocimientos. Lo prueba el viaje que hizo el Vicepresidente de la República a Canadá para visitar, en compañí­a del Contralor de Cuentas, el Superintendente de Bancos y el Director de Aeronáutica Civil, la Organización Internacional de Aviación Civil.


El doctor Espada regresó con la buena nueva de que la OACI no es una Organización No Gubernamental, ONG, y convocó a una conferencia de prensa para dar a conocer el hallazgo. Por supuesto que si nos atenemos a la definición intrí­nseca de las ONGs, hubiera sido fácil entender que si la Organización referida es una agencia especializada de Naciones Unidas con ví­nculos al Consejo Económico y Social (ECOSOC) y que su acta constitutiva es la Convención de Chicago, suscrita nada más y nada menos que por Estados representados por sus respectivos gobiernos, hubiera sido relativamente fácil entender la naturaleza de la entidad.

Pero nunca es tarde para aprender y por ello la inversión en el viaje de la comitiva valió la pena para que a partir de ahora nuestro Vicepresidente pueda entender y reconocer la diferencia entre un organismo internacional y una organización no gubernamental. Puede uno aventurarse ahora por las búsquedas de la red mundial de información que conocemos como Internet, pero el problema es que si uno no sabe cómo buscar o qué buscar, de todos modos se queda en gallo y por lo tanto no hay nada como un viaje, por caro que resulte, a la fuente primigenia para que le expliquen a uno de qué se trata todo el asunto. Sobre todo luego de que como portavoz del Gobierno hace alrededor de un año el mismo doctor Espada dijo que la OACI habí­a sobrevalorado los trabajos de la ampliación y modernización del aeropuerto La Aurora, situación que se le aclaró ahora con el viaje a Canadá.

Serí­a bueno, tomando en cuenta el antecedente, que la Organización Panamericana de la Salud invite a nuestro Vicepresidente porque a lo mejor también ha pensado que se trata de una ONG que se dedica a intermediar en la compra y venta de medicamentos. Una visita a la sede de la OPS podrí­a arrojar luz sobre cómo ha funcionado la compra de vacunas durante un cuarto de siglo, su impacto en la salud y, de paso, en el costo de las vacunas. Y hablando de tecnologí­a, hay que aprender a subir los contratos a Guatecompras para que no se escondan donde sólo los iluminados los ven.