Vettel, por fin


Lo que se estaba anunciando acabó ocurriendo. El dominio de Red Bull fue avasallador en las dos primeras carreras del Mundial, pero por motivos mecánicos en ninguna de las dos Sebastian Vettel pudo subirse a lo más alto del podio.


En Bahréin fue un problema de pérdida de potencia de su motor (aparentemente, por una bují­a) y en Australia abandonó por un mal enganche de una rueda que le afectó a los frenos y le hizo salirse de la pista cuando lideraba ambas carreras en solitario. Una desgracia tras otra, un par de decepciones que llevaron al alemán, de 22 años, a estallar.

«Me estoy cansando de no poder ganar», dijo en Albert Park. Sin embargo, su cara de niño volvió ayer a mostrar su mejor aspecto. Una sonrisa que lo explicaba todo y que era la mejor señal de que habí­a logrado romper todos los malos augurios y acabar, por fin, ganando. Atravesó la bandera a cuadros por delante de su compañero Mark Webber. Fue el primer doblete del año para Red Bull.

La sexta victoria de Vettel le llegó en el Gran Premio de Malasia, una carrera marcada habitualmente por las inclemencias del tiempo, las lluvias torrenciales y las constantes apariciones del coche de seguridad. Pero esta vez todas las dificultades se concentraron en la fase clasificatoria. Allí­ se decidió, en gran parte, la carrera. Porque el agua no apareció el domingo, sino el sábado. Y fue la causa determinante de que algunos de los candidatos a la victoria, como Fernando Alonso, Felipe Massa, Jenson Button y Lewis Hamilton, partieran de las últimas filas y vieran arruinadas sus posibilidades antes incluso de tomar la salida. Fue una circunstancia muy favorable para los dos Red Bull, los mejores coches del momento, que no encontraron ninguna dificultad en superar al Mercedes de Nico Rosberg -que partí­a segundo- ya en la salida y dominar este tercer gran premio del año.

Rozando siempre la lí­nea de la legalidad, el proyecto de Adrien Newey volvió a ser cuestionado estas últimas semanas por diversos motivos. Al margen de tener que replantearse la posición de los espejos ya para el Gran Premio de España, los Red Bull fueron señalados por los responsables de McLaren con diversos argumentos: primero, Ron Dennis afirmó que tení­an los depósitos demasiado pequeños y les costarí­a acabar carreras, algo que ayer quedó absolutamente desmentido, y Martin Whitmarsh, lanzó la duda de que disponí­an de un sistema activo de suspensión ilegal capaz de ir ajustando la altura del coche a medida que el depósito se vaciaba. En ningún caso, los rumores alcanzaron la categorí­a de denuncias y, por tanto, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) no ve la necesidad de actuar.

En la parrilla de salida, ayer, los mecánicos de Red Bull se colocaron detrás de su coche para intentar tapar el doble difusor. Todaví­a hay secretos por desvelar. Pero hay una realidad tangible que nadie se atreve ya a cuestionar: Newey ha vuelto a hacer el mejor coche de la parrilla. Y la carrera de ayer fue la muestra más palpable de su acierto. Es un gran monoplaza en manos de dos pilotos que compaginan la experiencia y la agresividad de la juventud, que se respetan y se ayudan para lograr sacar lo mejor del vehí­culo y de ellos mismos en cada momento. «No creo que Mark se molestara porque le adelanté en la salida», comentó Vettel, que partió tercero, pero salió lí­der de la primera curva; «nos respetemos mucho. Si él hubiera estado en mi lugar, habrí­a hecho lo mismo».

La cuestión es que Vettel sumó 25 puntos sin que nadie le cuestionara y sin tener que forzar su motor. Mientras que Lewis Hamilton, otro de los teóricos contendientes al tí­tulo, tuvo que forzar a fondo desde la salida y conducir con una agresividad y una precisión admirables para poder acabar en sexto lugar. Y los dos Ferrari sufrieron lo indecible para intentar entrar en los puntos. Massa lo consiguió y acabó séptimo. Pero Fernando Alonso se quedó sin embrague y tuvo problemas con el cambio desde las primeras vueltas, equivocó de nuevo la estrategia al retrasar mucho el cambio de neumáticos y, cuando estaba realizando una remontada memorable, que le llevó hasta la novena posición, rompió el motor al intentar adelantar a Jenson Button.

«Fue la carrera más difí­cil de mi vida», resaltó el español después. Ayer, perdió el liderato del Mundial. Ahora manda Massa, con 39 puntos, seguido del asturiano y de Vettel, igualados con 37. Pero esa es una situación absolutamente casual. Cada vez parece más claro que la lucha por el tí­tulo la dirimirán Vettel y Alonso, con permiso de Massa y de Hamilton.

PENALIZACIONES Motores con consecuencias


El motor de Ferrari está causando más quebraderos de cabeza de los esperados en el arranque del campeonato. En pretemporada se temí­a que el consumo iba a ser el Talón de Aquiles del propulsor, pero al final son otras averí­as las que están sembrando de preocupación al equipo. Llevamos tres carreras y tanto Fernando Alonso como Felipe Massa ya han tenido que usar tres propulsores distintos. Y lo que es peor, tras la averí­a del domingo en el caso del español, tendrá que usar el cuarto en la próxima cita de China.

El problema no es menor, ya que el reglamento permite ocho cambios de motor durante la temporada, y si se produce un cambio más, se penaliza con diez posiciones en la parrilla de salida. Y de ahí­ en adelante tantas veces como ocurra. En Shanghai, Alonso ya llevará cuatro a falta de quince pruebas. La media es preocupante. Los motores que se cambian, si se arreglan, se pueden seguir utilizando para pruebas libres, lo que limita el kilometraje de los nuevos, pero no evita del todo su uso.

En todos los casos, Ferrari ha tenido que cambiar de unidad por precaución. Desde la primera ocasión en Bahréin, las sustituciones han venido motivadas por sensores y resultados telemétricos que lo han aconsejado. Lo más preocupante es que en Kuala Lumpur ha ocurrido dos veces.

A Fernando ya le cambiaron el motor tras los entrenamientos libres del viernes y en carrera ayer se fundió el sustituto. Dos en una misma prueba. Tres si se cuenta el de Felipe Massa. también tras los libres del viernes, y cinco si sumamos los dos de Sauber, que impidieron salir a Pedro de la Rosa y terminar a Kamui Kobayashi. Una marca pésima para el propulsor.

Ferrari guarda en secreto el motivo de ser el único equipo que ya lleva tres cambios y va para cuatro. Mercedes y McLaren llevan dos con el mismo motor en ambos coches, los mismos que Sebastian Vettel con su Renault, por uno solo de Mark Webber. Ni los nuevos Cosworth, que sirven a los cuatro equipos debutantes además de a Williams, muestran tantos sí­ntomas de debilidad.

Problemas de refrigeración, consumo extra, menor fiabilidad… circulan varias teorí­as, pero el equipo italiano no confirma ninguna. Aunque tampoco oculta su preocupación:»hemos tenido un par de problemas de fiabilidad que deben servirnos de aviso. Si queremos aspirar al tí­tulo debemos arreglar este aspecto», señaló ayer Stefano Domenicali, responsable de la Scuderia.

MOTORES USADOS


01 McLaren Mercedes Jenson Button 2 02 McLaren Mercedes Lewis Hamilton 2 03 Mercedes Benz Michael Schumacher 2 04 Mercedes Benz Nico Rosberg 2 05 RBR Renault Sebastian Vettel 2 06 RBR Renault Mark Webber 1 07 Ferrari Felipe Massa 3 08 Ferrari Fernando Alonso 3 09 Williams Cosworth Rubens Barrichello 1 10 Williams Cosworth Nico Hí¼lkenberg 1 11 Renault Robert Kubica 1 12 Renault Vitaly Pertrov 1 14 Force India Mercedes Adrian Sutil 2 15 Force India Mercedes Vitantonio Liuzzi 2 16 STR Ferrari Sébastien Buemi 2 17 STR Ferrari Jaime Alguersuari 2 18 Lotus Cosworth Jarno Trulli 2 19 Lotus Cosworth Heikki Kovalainen 2 20 HRT Cosworth Karun Chandhok 1 21 HRT Cosworth Bruno Senna 2 22 BMW Sauber Ferrari Pedro De La Rosa 1 23 BMW Sauber Ferrari Kamui Kobayashi 1 24 Virgin Cosworth Timo Glock 1 25 Virgin Cosworth Lucas Di Grassi 2