Inflación superior al 30%, un crecimiento mermado, el barril de petróleo por debajo de 40 dólares, una moneda sobrevalorada y la amenaza de un serio déficit en la balanza de pagos: éste es el desalentador panorama macroeconómico con el que Venezuela inició el 2009.
Pese a que el gobierno venezolano asegura que el país tiene cómo capear el temporal y resistir a la crisis pese al bajón de los precios del crudo, los analistas no son tan optimistas y consideran que la situación será complicada en los meses venideros.
«En 2007 y 2008 hubo alto crecimiento y alta inflación. La tónica del 2009 será bajo crecimiento y alta inflación. Yo estimo que ni siquiera habrá crecimiento y estaremos ante un estancamiento de la economía», apuntó a la AFP el economista José Guerra, quien calcula una inflación entre 32 y 35% en 2009.
En 2008, el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) fue del 4,9% frente al 8,4% registrado en 2007, y la inflación llegó al 30,9%. Para 2009, el gobierno estima un crecimiento del 6% y una inflación del 15%.
Según José Manuel González, presidente de Fedecámaras (patronal), la inflación para 2009 girará en torno al 40%.
«En el primer trimestre de 2009, por inercia, pudiera haber algo de crecimiento, pero pensamos que el 2009 va a ser un año de cero crecimiento, como máximo del 1%, y hasta de decrecimiento», aseguró.
Los venezolanos más pobres sufren intensamente la inflación, especialmente alta en los alimentos y los transportes. Por ejemplo, en Caracas el precio de los alimentos aumentó un 51,4% en los últimos 12 meses.
Sin embargo, para William Contreras, ministro de Industrias Ligeras y Comercio, los mercados populares con precios regulados o las misiones sociales del gobierno protegen a una parte de la población de la subida de precios.
«Hay un sector que afortunadamente está atendido por la revolución y no se ve impactado por igual», aseguró.
Según los analistas, el presidente Hugo Chávez intenta minimizar el costo político de este escenario económico complicado. El mandatario no puede permitirse el lujo de aprobar medidas impopulares ahora que defiende una enmienda constitucional que permitirá la reelección presidencial por un número ilimitado de mandatos y será sometida en breve a referéndum.
Para Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, el Ejecutivo va a postergar los ajustes más duros y para ello cuenta con unos fondos extraordinarios acumulados, que rozan los 30.000 millones de dólares.
«La situación economómica todavía no afecta a Chávez. Si el gobierno realiza recortes no será en las misiones sociales. Pero cuando se consuman esos fondos extraordinarios, será difícil evitar el costo político y 2010 será un año muy difícil para el gobierno», adelantó.
Para los expertos, las cuentas son simples: si el gobierno limita las importaciones, que en 2008 representaron 47.601 millones de dólares según cifras preliminares, se agravaría el desabastecimiento de productos básicos y esto aumentaría la inflación.
Al mismo tiempo, el 93% de las exportaciones venezolanas, que representaron 99.923 millones de dólares en 2008, corresponde al sector petrolero.
Si el barril se mantiene en 40 dólares y Venezuela vende al exterior a ese precio unos 2,3 millones de barriles por día, obtendría un total de 32.580 millones de dólares en 2009, que no bastarían para cubrir las importaciones.
Si el gobierno opta por una devaluación del bolívar, cuyo tipo de cambio oficial es de 2,15 por dólar, esto significaría agravar la inflación, que por tercer año consecutivo fue la más importante de América Latina.
«La devaluación no ocurrirá antes del segundo trimestre. Hasta entonces el gobierno va a resistir», estimó Guerra.
En estos días, el ministro de Economía, Alí Rodríguez, reiteró que ni la devaluación ni la instauración de nuevos impuestos están por ahora en la agenda del gobierno.
«Diseñamos distintos escenarios. A medida que se vayan materializando, tomaremos las respectivas previsiones», zanjó.
Por ahora, el gobierno redujo de 5.000 a 2.500 dólares el cupo anual de dólares destinado a venezolanos que viajan al exterior, para tener más margen de divisas para las importaciones.