Venezuela es uno de los países más grandes e importantes de Latinoamérica. Su historia reciente ha estado signada por diferentes momentos políticos que quebraron su derrotero, afectaron seriamente su crecimiento económico y dañaron seriamente su tejido social generando una confrontación, en donde lo primero fue de sorpresa e incertidumbre; luego se cayó en el pesimismo y la frustración y finalmente se llegó al choque.
Hugo Chávez, un militar de escuela que contribuyó a terminar con la era de uno de los líderes civiles venezolanos que estuvo al frente de su país por muchos años, como Carlos Andrés Pérez, que en su última etapa cayó seriamente en su credibilidad y terminó postrado ante sus propios desaciertos. Al tomar el control del Estado de su país, Hugo Chávez generó un enorme entusiasmo por su valentía, su discurso y su forma de gobernar, en donde no sólo enfrentó a la oposición política interna, sino además fustigó a gobernantes de enorme peso como el propio presidente Busch e igualmente al Rey de España. Nadie olvidará la mofa que hizo del primero de estos en plena Asamblea de las Naciones Unidas en donde hizo mofa del expresidente norteamericano vinculándolo con la figura del diablo.
Su proyecto político Bolivariano y su esfuerzo integracionista a nivel regional, en contra del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos causaron admiración en un principio, pero al final decayó completamente. Su obstinación por continuar con el poder afectó seriamente su credibilidad política y aunque mantuvo una fuerte base popular, sus planteamiento económicos y sus medidas políticas fueron una suma de error tras error y a no ser por la inyección de fondos provenientes del petróleo, su régimen hubiera caído más prontamente de lo que ocurrió y el legado después de su muerte, demostró que su capacidad de articular un régimen alternativo se sentaba sobre bases muy frágiles.
La llegada de Maduro, demostró la fatiga del régimen de Chávez y su ulterior culminación, pero nadie pensó que este nuevo gobernante se iba a desgastar tan rápidamente como está ocurriendo. Sus medidas en contra de la prensa independiente, sus medidas de política económica –como el control de precios-, generaron desabastecimiento y un caos en el débil tejido social venezolano. Los discursos de Maduro mostraron un gobernante obstinado y fuera totalmente de contexto, amén que los mismos mostraron rasgos serios de dictadura que no contribuyen en nada a salir adelante. Se hubiera deseado que el presidente Maduro hubiera iniciado su régimen buscando concertar con los actores políticos más relevantes internos, una relajación de sus tensiones en las relaciones exteriores y buscado un modelo de política económica orientado a rescatar la inversión y la estabilidad macroeconómica.
Hoy el presidente Maduro se encuentra en una encrucijada seria. Sus posturas no demuestran humildad para buscar acuerdos de corto plazo que permitan cierta estabilidad social y política y sus acciones han sido de represión contra estudiantes y manifestantes de cualquier tipo que se oponen o resisten a sus planteamientos. En esta suma de errores, el país de Venezuela queda seriamente destrozado y una sociedad que observa con tristeza como se esfuma aquél proyecto que se consideró alternativo y diferente. Ojalá que prevalezca la madurez, de otra forma el ocaso de este régimen es nada más de tiempo.