Es 9 de noviembre de 1989. Un día como cualquiera, como tantos, con amanecer, atardecer, y ….una noche para siempre. A nadie se le ocurrió nunca, nadie ni siquiera lo imaginó, ni a cineastas como Lucas o Spielberg se les pudo haber ocurrido algo semejante para un filme, que la fantasía, sueño o ciencia ficción se realizara en una sola noche. Tal vez ni al propio pueblo alemán, que ya estaba acostumbrado a ver el Muro, pensó que ese 9 de noviembre a las 22:30 horas, por fin, la ansiada libertad, pasaría de ser sueño a realidad. Habían pasado 28 años 2 meses y 28 días, desde que se erigió este símbolo de opresión y muerte, pero esa noche, Alemania, no volvería a ser la misma jamás. Quiero felicitar muy especialmente al pueblo alemán por tan inolvidable fecha, en especial a los alemanes residentes en el país, y a su embajada en Guatemala. Me uno a la alegría que embarga hoy a Alemania, al recordar a 20 años de tan maravilloso y espectacular acontecimiento, que hoy es un pueblo unido, próspero y libre. Este es tal vez, el acontecimiento más extraordinario del siglo XX.