¡Vaya paí­s de contradicciones!


Edith González

La vida en este paí­s cada vez está más difí­cil. La angustia de que alcancen los centavos, el temor a ser asaltado, la inseguridad al abordar un autobús son sólo algunas de las situaciones que nos acompañan a diario.

A más de eso los diferentes hechos que se producen a lo largo del dí­a realmente nos hacen pensar que vivimos en un paí­s surrealista en donde cualquier cosa puede suceder.

La detención de dos agentes de seguridad, quienes ya por el solo hecho de tener antecedentes penales no deberí­an ocupar esos cargos, y a quienes se sorprendió uniformados asaltando a transeúntes, para luego indicar que lo hací­an porque no les alcanzaba su salario, es una prueba.

Otra más se dio el mismo dí­a cuando luego de que el presidente Berger inaugurara el área de quirófanos del hospital Roosevelt y asegurar que estaban listos por lo que ya se debí­a operar a los pacientes en espera, indicó que ya dio la orden para que se inicie la segunda y tercera etapa. Y más tarde se conoció que el quirófano está, pero carece de equipo.

En tanto los guatemaltecos inmigrantes son cazados en Estados Unidos y enviados de vuelta, el canciller Rosenthal se reúne con la secretaria de Estado Condoleezza Rice y asegura estar arreglando el asunto. Y el gobierno en lugar de proporcionarles empleo apela por una reforma migratoria. Y aún así­ y con todo lo que les cuesta ganarse los centavos en el norte, pretendí­a ponerles impuesto a las remesas.

Y mientras se preparan las actividades para la celebración de los diez años de la Firma de la Paz, con artistas guatemaltecos y extranjeros, se ataca a los jóvenes que producen y reproducen la música electrónica, lo que ni en los tiempos de la guerra, cuando si existieron grupos y artistas individuales en las distintas ramas del arte que cuyas obras tení­an un mensaje de protesta y nunca fueron golpeados por enmascarados o sus pertenencias robadas.