Vaticano endurece sus normas contra la pedofilia en el clero


Monseñor Charles Scicluna, oficial del Vaticano, ofrece una conferencia de prensa en la que anuncia nuevas medidas contra la pederastia en sacerdotes. FOTO LA HORA: AFP FILIPPO MONTEFORTE

El Vaticano endureció hoy las reglas contra la pedofilia en el clero católico, tras una avalancha de escándalos en numerosos paí­ses que se le acusa de haber encubierto.


Las nuevas normas prevén «procedimientos acelerados para tratar los casos más urgentes y graves, permitiendo la designación de laicos en los tribunales eclesiásticos», precisó el Vaticano en un documento titulado «normas sobre los delitos más graves» presentado por el portavoz, el padre Federico Lombardi.

La prescripción de los hechos aumenta de diez a veinte años después de que la ví­ctima alcanza la mayorí­a de edad.

El Vaticano decidió también equiparar a la pedofilia los abusos contra disminuidos psí­quicos, con lo que extiende así­ sus nuevas normas a esa categorí­a de adultos.

Asimismo, el Vaticano introduce el delito de pedopornografí­a.

Sin embargo, las nuevas normas no incluyen una «orden explí­cita» a las iglesias locales implicadas en investigaciones de abusos sexuales de dirigirse a la justicia civil. Precisamente ésta era una de las principales demandas de los defensores de las ví­ctimas de pedofilia.

Las nuevas normas, elaboradas por la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), y refrendadas por el papa Benedicto XVI, actualizan y elevan a la categorí­a de ley un «motu proprio» (decreto) de Juan Pablo II de abril de 2001, completado por un texto del actual pontí­fice, entonces al frente de la CDF.

El motu proprio del difunto Juan Pablo II tení­a por objetivo la «protección de la santidad de los sacramentos» y encargaba a la CDF de los «delitos más graves cometidos contra las costumbres o en la celebración de los sacramentos».

El texto de la CDF que completaba aquel motu proprio enumeraba dichos delitos: pedofilia por parte de un hombre de Iglesia, y ataque a los sacramentos de la eucaristí­a y la penitencia.

Entre los delitos figura también la ordenación de mujeres, que implica la excomunión inmediata. El Vaticano dijo este jueves que el hecho de intentar ordenar a mujeres es un «delito grave contra la fe».

Ante la multiplicación de escándalos y acusaciones de encubrimiento en los últimos años, el Vaticano se ha esforzado en ser transparente y en abril explicó en su sitio web los procedimientos aplicados en esos casos.

En aquella ocasión, la Santa Sede anunció la revisión de las normas emprendida por la CDF y publicada este jueves.

El propio Benedicto XVI se vio implicado en la ola de escándalos, al ser acusado de encubrir a sacerdotes pedófilos en tanto que obispo de Múnich y responsable de la CDF durante casi 25 años.

A raí­z de eso, el sumo pontí­fice emprendió una operación de «limpieza», aceptando la dimisión de varios obispos, cuatro de ellos irlandeses. También pidió «perdón» a las ví­ctimas, y se reunió con algunas de ellas en Estados Unidos, en 2008, y en Malta este año.

Asimismo, Benedicto XVI anunció el pasado mayo la refundación de los Legionarios de Cristo y de su ala laica, el Regnum Christi, y condenó firmemente la vida «sin escrúpulos» de su difunto director, el padre mexicano Marcial Maciel, acusado de abusos sexuales a menores.

Tras tomar el control de la organización, el Papa nombró el pasado 9 de julio al arzobispo Velasio De Paolis, experto en derecho y economí­a, comisario de los Legionarios de Cristo, para enderezar la influyente congregación.

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El Vaticano debe abrir sus archivos sobre los abusos sexuales cometidos por sus clérigos, afirmó un grupo austrí­aco de defensa de las ví­ctimas, afirmando que las nuevas reglas de la Iglesia católica sobre el manejo de estos casos son insuficientes.

«La justicia eclesiástica no nos interesa. El Vaticano todaví­a no está dispuesto a abrir sus archivos y a entregar a las autoridades civiles los registros relativos a los abusos» sexuales, declaró a la AFP el portavoz de un grupo llamado «Ví­ctimas de la violencia de la Iglesia», Franz-Jakob Purkarthofer.

La Iglesia católica trató de acelerar las investigaciones internas y endureció las reglas contra la pedofilia en el clero, adoptando procedimientos acelerados para los casos más urgentes, aumentando en diez años el perí­odo de prescripción y asimilando los abusos sexuales cometidos contra minusválidos mentales a la pedofilia.

Sin embargo, las nuevas reglas fueron inmediatamente criticadas por no ordenar que los autores de abusos sexuales comparezcan ante la justicia civil.

Otro grupo, «Wir sind Kirche» (Nosotros somos la Iglesia), que representa al sector progresista de la Iglesia católica en Austria, también consideró que estas nuevas medidas son «insuficientes».

«Las medidas no van a las raí­ces de las estructuras dentro de la Iglesia. Estos abusos son en realidad abusos de poder en una forma sexual», afirmó el portavoz Peter Hurka.

«Deberí­a haber cambios estructurales, que limiten y controlen el poder de todos los jerarcas de la Iglesia, incluyendo a los obispos y el Papa», agregó Hurka.