Varos bate récord


Una obra de la surrealista hispano-mexicana Remedios Varos batió ayer el récord de la artista al subastarse por 1,27 millones de dólares en la apertura de la temporada latinoamericana de otoño, que reservó varias sorpresas, incluyendo el retiro de un cuadro de Rufino Tamayo.


El arte de América latina arrancó con viento en popa en Nueva York, donde Christie’s vendió 65 lotes por un total de 21,6 millones de dólares, casi exactamente el monto anticipado por la subastadora antes de la venta.

«Exploración de las fuentes del Orinoco», un óleo pintado por Varos en 1959 fue objeto de una puja frenética que pulverizó el récord anterior de la artista de 825.000 dólares y arrancó aplausos en la sala colmada.

«Sus obras son muy escasas, y cuando una llega al mercado, despierta mucha atención», explicó Virgilio Garza, que dirige el departamento de arte latinoamericano de Christie’s.

Sorpresivamente, la estrella de la venta, «Trovador» de Rufino Tamayo, brilló por su ausencia ya que la tela del mexicano, tasada entre dos y tres millones de dólares, fue retirada de la subasta a último momento.

La obra faltó a la cita tras ser bloqueada por la Corte Suprema de Virginia ante una acción judicial contra el vendedor, el museo de la universidad Randolph de ese Estado.

Junto a la obra del oaxaqueño, el instituto querí­a ceder en otra subasta otras tres de artistas norteamericanos, incluyendo una de George Bellows tasada en más de 30 millones de dólares, indicó Christie’s.

Un grupo de aficionados y empleados del museo de la universidad iniciaron la querella para oponerse a que obras de arte donadas o adquiridas con fines docentes sean vendidas para sanear las finanzas de la institución.

Tamayo estuvo sin embargo representado por otras obras de menor importancia pero que tuvieron buen desempeño. El óleo «Bañistas», por ejemplo, se vendió en 825.000 dólares y «Diálogo» cambió de manos por 769.000 dólares.

En la velada del lunes varias telas batieron récords de sus respectivos autores, incluyendo «Niña durmiendo» del puertorriqueño íngel Botello, que se vendió en 397.000 dólares, cinco veces más que la marca anterior de 85.000.

El mexicano Alfredo Ramos Martí­nez confirmó el éxito de temporadas pasadas al venderse su óleo «Las Floreras» por 1,27 millón de dólares, ligeramente por encima de lo anticipado por Christie’s.

Fernando Botero también mantuvo su condición de niño mimado del mercado norteamericano, con una tela de grandes proporciones e infaltables figuras obesas que alcanzó 1,5 millón de dólares y una escultura que batió el récord del colombiano en ese género, «Mujer fumando», vendida en 1,6 millón.

Otras dos esculturas de Botero también se vendieron bien, «Dancers» (713.000 dólares) y «Pedro on a horse» (289.000 dólares).

Los otros récords mundiales fueron para el uruguayo José Gurvich («Constructivo con caballos», vendido en 169.000 dólares), la cubana Amelia Peláez («Un jardí­n», 457.000 dólares), y obras de Enio Iommi, Alfredo Hlito, Antonio Asis, Roberto Aizenberg, Julio Galán, Adriana Verajao y Kcho.

Una «Testa di donna» del argentino Emilio Pettorutti se adjudicó por 421.000 dólares, lo cual asombró por superar las aspiraciones más optimistas de la casa de remates, que esperaba como mucho unos 80.000 dólares.

Aún así­, también hubo malas sorpresas. Una tela del chileno Roberto Matta, «La rencontre du vitreur avec le forcat de la lumiere» no alcanzó el mí­nimo de 700.000 dólares y se quedó sin comprador.

«Estamos encantados con los sólidos resultados de la subasta de esta noche que batió 12 récords mundiales de los respectivos artistas», dijo Garza.

Según el experto, «fue particularmente notable la demanda persistente para pintores mexicanos modernos -Tamayo se vendió en un 100%- y obras abstractas sudamericanas, incluyendo varias de Hlito, Asis y Camargo».

La temporada de subastas de otoño continúa este martes con ventas en Christie’s y en la competidora Sotheby’s, que someterá al martillo, entre otras obras, una tela de Tamayo encontrada hace cuatro años entre la basura en una calle de Nueva York, tras haber sido robada hace dos décadas.