Vargas Llosa: Tras el Nobel «es difí­cil trabajar con tanta presión»


Un mes después de haber sido galardonado con el premio Nobel de Literatura, el escritor peruano Mario Vargas Llosa se siente sometido a una «presión» que le hace difí­cil trabajar, entre otras cosas, en el discurso ante la academia sueca, aseguró el miércoles al presentar «El sueño del celta».


«Es difí­cil trabajar con tanta presión», comentó el escritor en conferencia de prensa en la Casa de América de Madrid, donde dijo que quiere «guardar el secreto» sobre el discurso que pronunciará el 10 de diciembre en la ceremonia de entrega de los Nobel, en Estocolmo.

Antes de ser distinguido con el Nobel, el 7 de octubre pasado, «estaba escribiendo el ensayo «La civilización del espectáculo»», pero lo ha «interrumpido por este torbellino sueco», confesó el autor, de 74 años, en la presentación de su nueva novela, que salió a la venta este miércoles en 17 paí­ses de habla española y será traducido al menos a 20 idiomas.

«Mis horarios han saltado por los aires, estoy durmiendo dos o tres horas al dí­a» –«no me quejo», apuntó–; «lo que me tranquiliza es que esto es transitorio y espero volver pronto a mi ritmo normal», ya que «siento un desequilibrio con el que no me siento cómodo», confesó.

Pero aseguró que a pesar de lo solicitado que está –«el acoso periodí­stico no tiene lí­mites»–, está «trabajando» y no se aburre «un solo minuto»: «Siempre tengo muchos proyectos en carpeta», comentó.

Tras el Nobel «voy a seguir hablando como un loro, escribiendo todos los dí­as, a mí­ me encontrará la muerte con la pluma en la mano», avisó.

Sobre «El sueño del celta», que desde hace unas semanas es uno de los más vendidos en España en las preventas «online» y del de este miércoles salió a la venta una primera tirada de 500.000 ejemplares, resaltó «la complejidad de la personalidad» de su protagonista, Roger Casement.

Conocer la vida del diplomático irlandés Roger Casement, que denunció los abusos del colonialismo europeo en el Congo belga y el Amazonas durante la época de extracción de caucho por parte de empresas europeas, hizo al autor «sumergirse en una gran aventura».

Además «me impresionó mucho saber que Casement habí­a tenido tanta importancia en la creación de una de las obras maestras del siglo XX», «El corazón de las tinieblas», del británico Joseph Conrad.

Su nueva obra novela la «fascinante» vida de Casement en un viaje por Africa, el Amazonas y Europa que aborda no sólo su trabajo humanitario sino también su paso desde su cargo como diplomático al servicio de la Corona británica a luchar en favor de la independencia de Irlanda.

Según el Nobel, el colonialismo europeo de finales del siglo XIX e inicios del XX «sembró una destrucción que ha dejado secuelas de las que los descendientes de las ví­ctimas nunca han podido recuperarse».

«En buena parte la tragedia que es el Congo hoy en dí­a y la situación crí­tica de las pequeñas comunidades amazónicas viene de esos años atroces» en que «el mundo moderno aprovechó con tanto éxito para su desarrollo la riqueza del caucho», estimó.

Los informas de Casement «son quizá las acusaciones más contundentes sobre los estragos del colonialismo».

Su labor de defensa de los derechos humanos no ha sido suficientemente reconocida en Europa, según Vargas Llosa, pero además «ni Perú, ni Colombia, ni Brasil han rendido homenaje al esfuerzo extraordinario que hizo, arriesgando su vida», lamentó.

El libro también versa sobre la homosexualidad de Casement y el descubrimiento tardí­o de sus «diarios secretos», escritos «con una vulgaridad pestilencial repelente a la lectura», lo que hace pensar al autor que el irlandés los escribió pero no protagonizó esos hechos, mientras que otras voces estiman que son falsos y creados por la inteligencia británica.