La guerra, cualquiera que sea el motivo, es absurda, nada la justifica; a despecho de lo que muchos dicen, que para la segunda guerra mundial si había motivos. Al final, la mayoría de los muertos son inocentes, gente que no puede escapar a los bombardeos indiscriminados, ellos se quedan sin casa, son desplazados, el precio a pagar es alto, las cicatrices imborrables.
Históricamente Israel ha sido un pueblo guerrero, desde los tiempos de Jehová Dios de los ejércitos, ellos invadían pueblos, los sometían, todo porque Yo soy los enviaba, era la forma de encontrar la tierra prometida; amparados en la palabra de divina, está escrito en el antiguo testamento. Independientemente del tema religioso, las disputas geopolíticas han sido motivo frecuente para que el pueblo escogido entre en guerra.
A principios de la los ochentas, en el siglo XX, Israel invadió Líbano. Bajó el nombre de Paz para Galilea, se emprendió la operación que tuvo como consecuencia el bombardeo de Beirut, durante dos meses, todo terminó con la masacre de miles de personas.
Ari Folman es un cineasta israelí a quien le remuerde la conciencia aquel suceso (participó en la invasión a Beirut, él tenía 19 nueve años), y se lanzó a plantearlo en la película «Vals con Bashir», fascinante experimento fílmico, realizado en dibujos animados, por así decirlo.
Se trata de una especie de documental, en donde el director se reúne con un ex compañero de batalla, quien le narra un sueño recurrente acerca de lo ocurrido en Líbano. Luego de ese encuentro, una serie de recuerdos vienen a su mente y detonan lo que, en el discurso del filme, se convierte en la reconstrucción de su memoria.
El protagonista emprende un viaje, por diversas lugares físicos, pero principalmente dentro de sí mismo; un viaje de descubrimiento, de toma de conciencia, de ajuste de cuentas. Folman mira hacia adentro y se asquea (en una entrevista atina a decir: No entiendo como la gente puede matar a otros por un pedazo de tierra), por eso decide mostrarlo, por medio de imágenes oníricas, surrealistas, cargadas de lirismo trágico.
Las descripciones visuales y los diálogos son inteligentes, capaces de evocar los sentimientos de los involucrados en la historia; jóvenes de veinte años, algunos más otros menos, quienes en desesperado mecanismo de defensa decidieron borrar de su mente aquellos hechos, pero la investigación del realizador los hace enfrentarlos de nuevo, al tiempo que él mismo encuentra sus propias respuestas, y algunas más para el espectador.
«Vals con Bashir» es una producción alegórica y oportuna, imprescindible en el momento actual, cuando se ve desde lejos la invasión a Gaza, sin entenderlo. No es sobre tal conflicto, pero es sobre la guerra y sus implicaciones, es la mirada de alguien que sabe, de un israelí que señala algunos desmanes, y que asume las consecuencias. Difícil tarea, por donde quiera que se le vea.
Fue merecedora de varios premios internacionales, incluido el Globo de Oro a mejor película en habla no inglesa; el Oscar también le espera.
DIRECTOR
Ari Folman
PRODUCTORES
Ari Folman
Serge Lalou
Gerhard Meixner
Yael Nahlieli
Roman Paul
GUIí“N ORIGINAL
Ari Folman
MíšSICA
Max Richter
EDICIí“N
Nili Feller
DISTRIBUCIí“N
Sony Pictures Classics
Bridgit Folman Film Gang
Les Films d»Ici
Razor Film Produktion GmbH
FECHAS DE ESTRENO
13 de mayo de 2008, en Cannes
5 de junio de 2008, en Israel
25 de diciembre de 2008, a nivel mundial
DURACIí“N
Noventa minutos
PAíSES
Israel
Alemania
Francia
Estados Unidos
IDIOMA
Hebreo
COSTO
2,000,000 dólares
GANACIAS
8,107,724 dólares