La diputada comunista Camila Vallejo, otrora líder de las movilizaciones estudiantiles en Chile, se restó hoy polémicamente de un homenaje del Congreso al asesinado senador Jaime Guzmán, ideólogo de la dictadura militar.
«Yo respeté el minuto de silencio, sin embargo no me pidan hacerle un homenaje a una persona que creo que fue dañina para la democracia en nuestro país», dijo Vallejo, criticada fuertemente por la derecha.
La dirigente política, representante de una de las comunas más populosas del país, además recordó que Jaime Guzmán fue uno de los arquitectos del modelo neoliberal impuesto en dictadura (1973-1990).
«Hoy votamos contra el lucro, uno de los principales legados de Jaime Guzmán en materia educacional. Por lo tanto, creo que es coherente con lo que pienso y por lo que la gente votó por mí», afirmó.
La derecha, en especial el partido fundado por Guzmán, la Unión Demócrata Independiente (UDI), fustigó la acción de Vallejo, quien permaneció sentada en su curul, mientras sus colegas guardaban un minuto de silencio, de pie, incluidos sus pares comunistas.
«Es una falta de respecto», dijo el diputado UDI, Felipe Ward, para quien Vallejo es un «invento» como líder político.
Chile, tras más de dos décadas de desarrollo neoliberal, que supuso privatizar la provisión de derechos sociales como la educación y la salud, inició un proceso de reformas que pretende modificar esa situación.
Camila Vallejo, una geógrafa de 26 años, encabezó en 2011 un estallido de protestas sociales estudiantiles que movilizó a millones de personas, en demanda de educación pública, gratuita y de calidad.
El movimiento engendró otra serie de movilizaciones en el país por derechos cívicos, regionales y ambientales, algunos de los cuales fueron incluidos en el programa de gobierno de Michelle Bachelet.
Guzmán, quien escribía los discursos del dictador Augusto Pinochet, fue uno de los redactores de la Constitución aprobada bajo ese régimen y que rige hasta hoy en Chile.
Durante la dictadura, según informes oficiales emitidos en democracia, unas 38.000 personas fueron torturadas, ejecutadas o desaparecidas, incluidos niños de dos años.
Desde su asesinato en 1991, a manos de un comando del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, el Congreso rindió siempre un homenaje a Guzmán.