Vale más tarde que nunca


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-Dedicado al Día Mundial del Ambiente

La República de Guatemala se ha comprometido desde el año de 1972 a adoptar todas las medidas necesarias para prevenir la contaminación ambiental y mantener el equilibrio ecológico (artículo 97, Constitución Política).

Rolando Alfaro A.


Sin embargo, lo que con tanta ilusión comenzara, con el paso del tiempo se ha vuelto un tormento, especialmente para todos aquellos que con sus estudios e investigaciones científicas, textos, conferencias y en la academia,  pues me refiero a quienes de un modo u otro han cooperado con nuestros semejantes, a efecto de mejorar el entorno, pero sin que se les preste atención.

En ese sentido, la mayoría de entidades –públicas y privadas– han pecado al dejarse arrastrar por intereses mezquinos y manipuleos que rayan en la ignorancia. Así, en los años 70, se descubrió en la capital un alto nivel de ruido en todas las actividades del quehacer humano (Rolando Alfaro. Ruido: Asesoría en Legislación Ambiental del primer perfil ambiental de la República de Guatemala, 1984 y el texto: Ruido: Contaminante Ambiental no legislado en Guatemala. 2004), y diversos estudios de campo efectuados por universidades e infinidad de seminarios y Congresos Jurídicos.

Mis estimados lectores podrán colegir que al referirme a temas legales, estoy  queriendo subrayar que ninguna iniciativa, pública o privada, puede lograrse si no está legítimamente legislada y reglada.

La mayoría de tratadistas coinciden en que desde el momento en que se publique una ley, en nuestro medio o entorno guatemalteco, pueden ser leyes generales y ambientales, deben desarrollarse programas educativos, a efecto que el pueblo las conozca. Esto en los casos  descritos no ha sido posible y por eso se ha venido soslayando y estigmatizando, la temática ambiental.

Es más se ha llegado al colmo de politizar a las ciencias ambientales, confundiendo a nuestra población que necesita orientación y educación.

¿Qué saben muchas personas de lo que es contaminación ambiental? ¿Qué sabe usted, amable lector de los trabajos científicos ambientales elaborados en la República de Guatemala? ¿Conoce a tratadistas en Derecho Ambiental?

Lo más grave de toda esta historia es que las consecuencias las empezamos a vivir: terremotos por construcciones defectuosas y suelos falsos, incendios forestales que afectan el turismo, contaminación de nuestros bellos lagos, contaminación del aire respirable, detectada a principios de los años 90, etc.; y, en suma, contaminación del suelo por deficiencias en la disposición de desechos sólidos, para citar algunos ejemplos.  Las nuevas generaciones lo dirán.

Finalmente, toda vía es tiempo de poder enderezar el barco y ello sólo se logrará con la cooperación de los buenos guatemaltecos, que se preocupen por educar a todo nivel a las presentes generaciones en el tema ambiental y que se modernice la legislación ambiental, toda vez que está totalmente inconclusa.