Un grupo de investigadores canadienses constató que las personas vacunadas contra la gripe estacional estaban más expuestas al riesgo de contraer el virus H1N1 que el promedio de la población, según un estudio publicado en la revista PLoS Medicine.
Sin embargo, la investigación realizada en Canadá y dirigida por Danuta Skowronski del Centro de control de enfermedades de Vancouver, evita establecer un vínculo de causa efecto, contentándose con plantear una «posibilidad».
En una ola de casos de H1N1 observada en una escuela en la primavera boreal de 2009 se constató que las personas que tosían y tenían fiebre habían sido más a menudo vacunadas contra la gripe estacional que las que mantuvieron la buena salud.
Cuatro estudios fueron lanzados para verificar la existencia de una eventual relación, sobre 2.700 personas en Columbia Británica, Alberta, Ontario y Québec.
El primero buscó verificar la proporción de personas vacunadas contra la gripe estacional en 2008 tanto en las personas que sufrieron H1N1 como entre las que no contrajeron ese virus.
Dicho estudio confirmó que la vacuna protegía bien contra la gripe estacional pero parecía asociada a un riesgo 68% mayor de contraer el virus H1N1.
Los otros tres estudios dieron resultados similares.
En su conclusión, los científicos subrayan que es demasiado pronto para sacar conclusiones firmes de las cifras, ya que los fenómenos constatados pueden deberse a factores que no hayan sido tenidos en cuenta en su estudio.
Subrayan además que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que se agregue un elemento H1N1 a las vacunas preparadas para las próximas campañas, lo que debería eliminar todo riesgo eventualmente vinculado a las vacunas de 2009, que no lo contenían.