Brasil, primer exportador mundial de etanol, prevé en el mediano plazo dar un salto en la producción de este combustible vegetal que utiliza el bagazo de la caña de azúcar, un residuo que hoy es desechado.
La petrolera estatal Petrobras presentó este jueves los avances de una planta piloto para la producción del combustible a partir de la hidrólisis de la celulosa.
«Estamos en condiciones satisfactorias. Nuestra posición es bastante favorable en comparación con otras compañías», dijo en rueda de prensa el gerente ejecutivo del Centro de Pesquisas y Desarrollo de Petrobras (Cenpes), Carlos Tadeu Fraga.
En el futuro cercano, Brasil podrá ampliar en 40% su producción de etanol de caña sin aumentar el área plantada, afirmó.
Pero se trata de un proceso «para la próxima década», y al 2010 se prevé que pueda ser construida la primera unidad semi industrial.
Petrobras está invirtiendo en su plan de negocios 2008-2012 unos 900 millones de dólares para este programa de «bioetanol», y prevé trabajar sola o en asociación con otras empresas.
Cada planta de «bioetanol» requerirá entre 40 y 50 millones de dólares, y tendrá capacidad para producir 220 litros del carburante por tonelada procesada de bagazo, calculó Fraga.
Esta primera planta será supervisada mañana por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, un entusiasta de los biocombustibles.
«Petrobras entra en la segunda generación de biocombustibles, y contribuye al fortalecimiento de la vocación natural de Brasil para las energías renovables», señaló la empresa.
Esta planta es la única de Brasil que utiliza tecnología enzimática para producir etanol a partir de lignocelulosa.
La unidad está instalada en Río de Janeiro, en la sede del Cenpes, y fue desarrollada desde 2004 junto con la Universidad Federal de Río de Janeiro y la firma privada brasileña Albrecht.
El método de Petrobras consiste en la transformación de celulosa en azúcares que son fermentados para destilar el etanol.
Hoy la empresa estudia proteínas más eficaces para este proceso, y mantiene un acuerdo con la firma danesa Novozymes, una de las líderes mundiales en el negocio de enzimas industriales.
Según los expertos, es justamente en las enzimas donde está la clave del desarrollo del negocio del alcohol de celulosa.
A escala internacional, varias otras empresas, como la gigante Shell, también están empeñadas en una carrera por descubrir, patentar o usar enzimas más baratas y más efectivas que permitan la producción a gran escala y a bajos costos.
Técnicamente, el combustible puede ser derivado de bagazo de caña, de astillas de madera, cáscaras de cereales y de cualquier otro tipo de residuo similar rico en celulosa.
La clave está en reducir significativamente el costo de producción y, sobre todo, la cantidad de energía fósil empleada para generar cada unidad de bioetanol.
En el terreno del etanol convencional Brasil es líder, pues por cada unidad invertida logra obtener ocho unidades por medio de la caña, mientras Estados Unidos gasta una unidad para obtener entre 1, 3 y 1,8 unidades de energía de etanol por medio del maíz, según el ministerio de Agricultura.
Brasil es el principal productor mundial de caña de azúcar, y prevé para la temporada 2007/2008 una zafra de al menos 415 millones de toneladas, según la patronal Unica, que agrupa a las principales empresas del sector.
De ese volumen saldrán 18.800 millones de litros de etanol y 25,1 millones de toneladas de azúcar.
Esto significa la disponibilidad de millones de toneladas de bagazo, un subproducto que hoy es quemado en parte en algunas plantas para generar electricidad, o se convierte en desperdicio.
Según estudios del ministerio de Ciencia y Tecnología, hay al menos 10 procesos químicos y de fermentación para la producción de etanol de celulosa.
Si Brasil aprovechara apenas el 12 por ciento del bagazo producido hoy en el país, podría producir 2.000 millones de litros adicionales de alcohol, según el despacho.
En Brasil hay otras iniciativas, como la de la privada «Dedini Industrias de Base», que produce 5.000 litros de bioetanol por día en Pirassununga, una región de cañaverales en el interior del estado de Sao Paulo.
«El costo de producción es alto y todavía no es viable económicamente», señaló en un foro en el Congreso Nacional el empresario Vadson Bastos do Carmo, representante de la empresa.
Los inversionistas apuestan a una nueva veta de energía en Brasil, pues, según expertos, una tonelada de caña contiene la energía equivalente a 1,2 barriles de petróleo (un barril contiene 159 litros).
Pero hoy sólo es aprovechado un tercio de la energía contenida en este cultivo.
Aun así, en la cosecha pasada, la cantidad de etanol de caña producido por Brasil equivalió a 485.000 barriles de gasolina por día, y la expectativa del sector es que ese volumen suba a 650.000 barriles en la zafra 2010-2011.