En el 2009, nuestra gente del área rural fue lisonjeada con regalitos para ganar su voluntad e ignorando que esas prebendas no son a título personal, sino que salen de los impuestos que el pueblo paga y todavía hay malos manejos en lo que se reparte y el que reparte se queda con la mayor parte, por eso se agarran de que las ayudas son confidenciales, no quieren su transparencia porque no les conviene la fiscalización, este mal se ha dado en los gobiernos que han desfilado a lo largo de nuestra historia después de los gobiernos de ARí‰VALO y ARBENZ.
Los grandes préstamos al exterior ¿quién los pagará?, el pueblo y este mismo pueblo agacha la cabeza para recibir las migajas que le dan y camina como cordero para donde los aprovechados de su pobreza y origen humilde lo llevan.
Esperando en este año 2010 ya no se hale gente de apoyo para cualquier babosada, ya se volvió una desvergí¼enza, pues todos los más o menos entendidos sabemos que estas son maniobras del ente gobiernista que quiere siempre hacer su voluntad, sin credibilidad y ni certeza. En las inversiones que adolecen de carácter veraz pues hay violencia incombatible, impunidad, corrupción, sobrevaluaciones y además el cobro de comisiones solapadas.
Para la reforma fiscal hay coacción al argumentar que si quieren los padres seguir recibiendo la escolaridad gratuita de sus hijos deben apoyar la reforma fiscal y para lo cual en publicidad ya se han gastado millones y dicen que estamos en extrema pobreza rodeados de «corredores secos». Trabajemos pueblo y no esperemos que el pan de cada día caiga del cielo o que lo lleven los políticos ambiciosos que desean el voto en la contienda electoral.
En el 2010 a las asignaciones ministeriales hay que ponerle candados para evitar las transferencias corruptas, esto le corresponde a los congresistas si todavía les queda dignidad y lealtad a su país. Pues estamos en la calle despojados de los derechos consignados en la Constitución de la República.
El Gobierno debe de garantizar la seguridad de sus habitantes a través de las fuerzas de seguridad civiles y militares, no es posible que este baño de sangre siga enlutando los hogares guatemaltecos, hay que apoyar a las fuerzas combinadas y que el Gobierno garantice también su seguridad, ya que a diario arriesgan su vida, siendo pocos los que se han descarriado tentados por el poder de la fortuna fácil.
Y si no veremos hasta dónde el pueblo aguanta.