Justo cuando en el Ejército desaparecieron archivos militares de la lucha contrainsurgente, se produce en Guatemala un hito histórico importante con la captura de dos de los agentes de la Policía Nacional que capturaron en 1984, hace veinticinco años, a Fernando García, dirigente sindical de la empresa Centroamericana de Vidrio, CAVISA. La relación entre los dos hechos es importante, porque la captura de los policías es resultado del trabajo de investigación que se ha realizado en los archivos de la antigua Policía Nacional, mismos que bajo el cuidado de la Procuraduría de los Derechos Humanos han permitido encontrar los documentos en los que se demuestra la participación de los sindicados.
Hay que recordar que la detención y desaparición del joven Fernando García dio lugar, junto a otros crímenes similares, a la creación del Grupo de Apoyo Mutuo que ha jugado un papel importante en el país para ayudar a familiares de víctimas. Pero el punto crucial a destacar aquí es que por cuidadosos que hayan sido los represores en hacer desaparecer las pruebas, cuando se tiene acceso a los archivos se puede encontrar la huella y la evidencia que permite esclarecer algunos crímenes.
Los familiares de Fernando García lo que más reclaman ahora es conocer la forma en que fue asesinado y el sitio en donde quedaron sus restos, porque durante veinticinco años han mantenido la incertidumbre al respecto. Por supuesto que es importante deducir las responsabilidades que, como todos sabemos, en ese caso no se limitan únicamente a los autores materiales que eran agentes de los que servían para reprimir a los desafectos al régimen. García era un sindicalista con militancia en la juventud del partido comunista, pero no era acusado de la comisión de ningún delito y fue perseguido por sus ideas y asesinado por ellas.
Su caso es similar al de muchísimos guatemaltecos muertos durante el conflicto armado y apenas ligeramente distinto al de aquellas víctimas que sin tener militancia política también fueron objeto de la represión gubernamental. El Estado de Guatemala durante el conflicto actuó de manera criminal en la supuesta defensa de la institucionalidad, fenómeno que se ha dado en muchos lugares del mundo con mayor o menor intensidad, pero que reclama justicia para evitar que en el futuro se vuelvan a cometer excesos que violan los derechos elementales de todo ser humano.
Si alguna duda quedaba sobre la utilidad de conocer archivos secretos de los tiempos del conflicto, el proceso contra los captores de Fernando García demuestra cuán efectivos y necesarios son esos documentos para resolver casos tremendamente dolorosos.