En este US Open un error menor puede complicar mucho las cosas.
Tiger Woods le imprimió algo más de la fuerza necesaria a su tiro de salida rumbo al hoyo 16, de 670 yardas, en el club Olympic. Pero eso derivó en que la pelota se desviara a la derecha y cayera entre la hierba crecida y humedecida con el rocío que llegó del mar en la mañana.
Por lo menos la pelota no se hundió, lo que hizo posible que Woods empleara su hierro cuatro para ponerla en juego nuevamente.
Es raro que Woods no llegue a un hoyo par 5 en dos golpes. Pero debió usar una madera tres para hacer su tercer tiro, todavía a 256 yardas del hoyo.
En los días previos al US Open ha surgido un debate. Algunos piensan que los primeros seis hoyos son los más difíciles del Olympic. Otros opinan que hay un alto grado de dificultad en los 18.
El único consenso entre los participantes en ese debate es que durante la presente edición del torneo no se repetirá el marcador que Rory McIlroy logró el año pasado en el campo del Congressional, de 268 golpes, 16 debajo del par, que rompió el récord.
La prensa preguntó a Jack Nicklaus, un experto en el US Open que ganó cuatro veces, cuáles eran los campos más difíciles y más fáciles en los que había jugado este torneo. Tras meditarlo, dijo que el más complicado fue Pebble Beach, en 1972, cuando el viento sopló tan fuerte que Nicklaus ganó por una ventaja de tres golpes, con un marcador de 290, dos arriba de par. En aquel torneo, no tuvo una sola ronda con menos de 70 golpes.
¿Y cuál fue su participación más fácil en el US Open?
Nicklaus trató de recordar sus 44 actuaciones. Tras un momento, lo interrumpió el director general de la Asociación Estadounidense de Golf, Mike Davis.
«No jugaste el año pasado, ¿o sí?», le dijo.
Es cierto, el US Open dejó claro que el mejor jugador del año pasado era McIlroy. En un ataque decidido sobre un campo suavizado por la lluvia, McIlroy necesitó sólo 26 hoyos para colocarse una decena abajo del par, y no aflojó e paso, sino hasta que vio su nombre inscrito en el libro de récords, con un triunfo por una diferencia de ocho impactos.
«Queremos que este torneo sea un verdadero desafío», dijo Davis.
El US Open arranca este jueves, y no pasará mucho tiempo antes de que los golfistas quieran refrescarse con el aire frío que llega desde el Pacífico.
Woods y Phil Mickelson, que protagonizan la rivalidad más grande de su generación, jugarán junto a Bubba Watson en el cuarto grupo que comenzará el recorrido, a partir del hoyo nueve, un par 4. Por la tarde aparecerán McIlroy y dos ingleses que buscan desesperadamente su primer major, Lee Westwood y Luke Donald, el número uno del mundo.