La proximidad de la pretemporada y de los campamentos de entrenamiento -estos últimos deberían iniciar el 22 de julio, con el arranque de actividades de los Rams y los Bears–, ha creado un ambiente de presión en las negociaciones para un nuevo convenio laboral entre los dueños y los jugadores de la NFL.
Si el paro continúa más allá del 15 de julio, y se tienen que quitar los juegos de pretemporada del calendario, la propuesta de convenio que los dueños han puesto sobre la mesa se verá cada vez peor en el futuro inmediato, y será más difícil lograr que sea aceptado si funciona solamente a largo plazo, y no en el presente. En ese caso, cada una de las partes buscará tomar cualquier ventaja posible, lo que podría provocar que la batalla regrese a los juzgados.
Los dueños prevén que las pérdidas, en caso de cancelar la pretemporada, ascenderían a 1,000 millones de dólares, aunque los jugadores creen que esa cifra es exagerada. Esto significa que una gran parte de los ingresos de la liga, la manzana de la discordia, se perderían.
En algún punto del pasado jueves, daba la impresión de que las negociaciones entre estaban encaminada a regresar a los tribunales. Entonces, ambas partes fueron presionadas por el juez Arthur Boylan para alargar las pláticas hasta la madrugada. Boylan quería que dueños y jugadores se quedaran más tarde, pero lo convencieron de estar muy cansados y se reunieron el viernes por la mañana para, así, rescatar las negociaciones.
Las negociaciones continúan esta semana en Manhattan, tras el feriado del 4 de julio en los Estados Unidos. Los representantes legales de ambas partes –además de Roger Goodell, comisionado de la NFL, y DeMaurice Smith, director ejecutivo de la NFLPA– se reunirán martes y miércoles, mientras que dueños y jugadores se les unirán jueves y viernes.
El entendimiento de ambos lados de la premura del tiempo debería ayudar a agilizar las negociaciones. Los esfuerzos del juez Boylan ayudaron a ambas partes a acercarse a la división de los ingresos, al punto que ya no es un problema tan grande como lo era el pasado lunes o martes. Todo indica que muchos de los puntos de tensión entre las partes habrían sido resueltos cuando dejaron Minneapolis.
Si llegara a darse algún acuerdo en esta fase de negociaciones, sucederá pronto. De no ser así, mucho más que la pretemporada estaría en peligro.
TEORíA CONSPIRATIVA
Mientras tanto, un grupo de jugadores retirados está exigiendo que se les involucre más en las pláticas.
El grupo presentó una queja de hechos en contra de dueños y jugadores en activo en una corte federal, aludiendo que han sido excluidos de las sesiones de mediación llevadas a cabo con la intención de levantar el paro.
Los demandantes, que incluyen a miembros del Salón de la Fama como Carl Eller, Franco Harris, Marcus Allen y Paul Krause, le piden a la jueza de distrito Susan Richard Nelson poner un alto a las sesiones de mediación que ella misma ordenó, y le solicitan que declare que los jugadores en activo no puedan negociar en nombre de aquellos que ya se han retirado.
Los jugadores retirados dicen que los dueños, la Asociación de Jugadores y un grupo de jugadores que incluye a los mariscales estelares Tom Brady, Peyton Manning y Drew Brees, están «conspirando para reducir la cantidad de pensiones y beneficios por incapacidad que se pagan a ex jugadores, con el fin de maximizar los salarios y beneficios de los jugadores en activo».
La NFL rehusó comentar sobre esta queja, que ataca la médula de un asunto que ha ido creciendo por un tiempo. Los jugadores retirados se han sentido marginados en la disputa sobre cómo dividir más de 9,000 millones de dólares en ingresos.
Después de que los dueños decretaron el paro laboral contra los jugadores en marzo, la NFLPA se desintegró y un grupo de jugadores demandó a la liga por prácticas monopólicas. Un pequeño grupo de jugadores retirados, que incluía a Eller, Obafemi Ayanbadejo y Ryan Collins, levantó su propia demanda contra la liga, buscando ayuda para tratamientos médicos de jugadores retirados y mejores pensiones.
Nelson combinó ambas demandas, y varios representantes de los jugadores retirados, incluyendo a Eller y al abogado Michael Hausfeld, estuvieron presentes en las primeras sesiones de mediación en Minneapolis. Pero desde que el tono de las conversaciones ha ido en aumento, y la sede de las mismas ha cambiado de las Ciudades Gemelas a Maryland, Massachusetts, Illinois y de regreso a Minneapolis en el último mes, los jugadores retirados no han estado presentes.
Esto no ha caído bien entre ellos, y los abogados del grupo han mandado cartas a Boylan, buscado al Comisionado de la NFL, Roger Goodell, y organizado intensas declaraciones ante los medios para hacer saber su posición.
La queja dice que la decisión de los jugadores de descertificar su unión provoca una violación de confianza al ser los dueños y jugadores en activo los que negocian en lugar de los jugadores retirados.
También alega que la NFL había dicho que recortarían fuentes de ingresos, dentro y fuera del tope salarial, para ayudar a jugadores retirados, pero los representantes del sindicato, incluido su director ejecutivo DeMaurice Smith, quieren que todo ese dinero sea dado a jugadores en activo.
Si Nelson rechaza la petición de intervención en la mediación, los jugadores retirados presentarán una demanda por el triple de los daños.