Urge una verdadera reforma educativa


Mariano Ramí­rez

Pedagogo y Andragogo

Universidad de San Carlos de Guatemala

Cuando faltan 11 dí­as para que la ciudadaní­a acuda a las urnas a elegir a quiénes nos gobernarán durante los próximos cuatro años, son pocos los equipos polí­ticos que han presentado, con la seriedad que el caso merece, los correspondientes planes de trabajo con los cuales pretenden responder a las aspiraciones de los distintos grupos sociales que conforman la población guatemalteca; de esa cuenta se dificulta establecer en qué medida les preocupan las expectativas educacionales de los habitantes de este paí­s pluricultural, multiétnico y multilingí¼e.


En efecto, en un afán por conocer cómo esperan cumplir con lo establecido en el Artí­culo 74 de la Constitución Polí­tica de la República, que obliga al Estado ha proporcionar a la población guatemalteca una educación gratuita y con la calidad cientí­fica y tecnológica necesaria para afrontar los retos que la globalización impone hemos acudido a los partidos polí­ticos en busca de esta información y sólo hemos encontrado los siguientes puntos (ver recuadro):

a)La Gran Alianza Nacional (Gana) en su eje de seguridad social propone mejorar el nivel y calidad de la inversión social del Estado en educación, salud, seguridad alimentaria, vivienda popular, recreación y deportes.

b)Encuentro por Guatemala (EG) propone alcanzar entre un 6 o 7% del PIB en inversión educativa, elaborar una nueva agenda educativa, impulsar la educación intercultural y bilingí¼e, educación para el trabajo digno, mejorar la formación docente y evaluar su desempeño y financiar a las familias en extrema pobreza, sujeto al enví­o de los niños a la escuela.

c)La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), propone construir un Pacto Educativo con pertinencia cultural, social, polí­tica y económica, a través de la participación consensuada de todos los sectores y/o actores involucrados en la comunidad educativa, con el fin de desarrollar la Reforma Educativa». Entre las acciones destaca la revisión que esperan hacer de lo ya efectuado por la comisión

paritaria de educación, mantener los consensos con el magisterio nacional y definir objetivos educativos para el desarrollo sustentable, la educación para el trabajo, la educación continua y consolidar el proceso de descentralización educativa.

d) El Partido Patriota (PP), propone incrementar la cobertura; establecer un control y supervisión de los establecimientos privados; modernizar y descentralizar la gestión educativa; mejorar la calidad de la educación ubicando al alumno como eje del proceso de aprendizaje, adecuando el ciclo escolar al ciclo agrí­cola y actualizando a los docentes en lo referente a tecnologí­a educativa y la metodologí­a participativa, en una educación hacia el trabajo; dignificar la profesión docente; fortalecer la equidad educativa asegurando el acceso a la educación a toda la población sin distingo de ninguna clase; reducir el analfabetismo a un 15% y regionalizar la administración educativa con criterio etnolingí¼í­stico.

Los educandos deben gestionar su propio aprendizaje

Como se puede apreciar, son pocas las acciones previstas para realizar una verdadera innovación educativa que responda a las exigencias que la cultura de la globalización comercial nos está imponiendo; no obstante que ya algunos de los aspirantes a gobernarnos hablan de formar competencias y de que todos están pensando en una educación para el trabajo productivo.

Debiéramos aprovechar esta coyuntura polí­tica para impulsar una verdadera reforma educativa en la que el papel del docente ya no sea el de enseñar, sino el de ayudar a aprender, fomentando la participación de los educandos en la gestión de su propio aprendizaje y que ya no se evalúe cuánto han memorizado, sino cuánto se han acercado a los objetivos de aprendizaje y, sobre todo cuánto saben usar de lo que han aprendido.

Los docentes debieran facilitar el aprendizaje de los educandos mediante la realización de módulos o paquetes de aprendizaje en donde las materias aisladas dejan de existir para dar paso a la realización de investigaciones tendentes a buscar la información necesaria para solucionar problemas.

La comunidad educativa debiera asumir su papel de formadora de valores y ayudar a realizar una gestión educativa descentralizada y autónoma, olvidando el temor de que la descentralización es privatización; por que la educación es un derecho de la persona y no una mercancí­a.

Y por último es oportuno recodar que existen personas con limitaciones (fí­sicas, mentales, de libertad, de tiempo escolar, etc.) a quienes hay que ayudar para que aprendan mediante una educación especial y con los adultos realizar una educación entre adultos (andragógica) en todos los niveles educativos, incluyendo la educación universitaria.