Al menos mil islamistas radicales, la mitad de ellos mujeres, seguían hoy atrincherados en una mezquita de Islamabad, asediada por las fuerzas del orden paquistaníes, mientras que otros 700 se rindieron tras dos días de enfrentamientos que causaron 16 muertos.
«Unas 700 personas salieron hasta el momento», indicó un alto responsable de la administración local, Chaudhry Mohammad Alí.
«Estimamos que la mayoría de las mujeres y aproximadamente 300 hombres saldrán, dejando dentro al núcleo duro. Evaluamos en 200 el número de elementos militantes», indicó un alto responsable de los servicios de seguridad.
Unos 5.000 estudiantes varones y 4.000 estudiantes mujeres, de 10 a unos 20 años, siguen los cursos del seminario de la mezquita.
«El presidente (Pervez) Musharraf anunció que se entregarán 5.000 rupias (83 dólares) a cada persona que salga del lugar por su propia voluntad», agregó.
Las autoridades habían dado un ultimátum que expiraba el miércoles a las 11H00 (06H00 GMT) para la rendición de los dirigentes islamistas de la mezquita. Luego lo prolongaron 90 minutos para dejar tiempo suficiente para las negociaciones.
El gobierno paquistaní instauró un toque de queda el miércoles alrededor de la mezquita, asediada por cientos de paramilitares, policías y soldados, apoyados por vehículos blindados. Las autoridades advirtieron que dispararían contra toda persona armada.
Un funcionario de la municipalidad afirmó que dignatarios religiosos impedían que los estudiantes partiesen de la mezquita para utilizarlos como escudos humanos.
Familiares de los alumnos esperaban en los alrededores de la mezquita con la esperanza de llevarlos de regreso a sus hogares.
El miércoles por la mañana uno de los religiosos que dirigen esta mezquita ofreció una rendición condicional en declaraciones a un canal de televisión privado.
«Nosotros estamos dispuestos a entregar las armas si tenemos garantías escritas de que no atacarán y no lanzarán una operación. Ellos dicen que nosotros no deberíamos hablar de la ley islámica, pero nosotros somos reservados en ese punto», indicó Abdul Rashid Ghazi, uno de los dos hermanos que administran esta mezquita.
Abdul Rashid Ghazi desmintió la presencia de kamikazes dentro de la mezquita. Su hermano, Abdul Aziz, había amenazado en abril con enviar miles de kamikazes si el gobierno atacaba a la Mezquita Roja.
Ghazi aseguró que los estudiantes islamistas atrincherados en la mezquita tenían suficientes víveres para permanecer «tanto tiempo como lo desee Alá». Aclaró que no había hablado con las autoridades, aunque tuvo conversaciones con un líder de la oposición favorable a los talibanes para tratar de poner fin a la crisis.
Esta violencia se produjo después de meses de tensión en la Mezquita Roja, donde los dirigentes radicales desafiaron la autoridad del presidente paquistaní Pervez Musharraf al secuestrar el 23 de junio a varios civiles chinos y paquistaníes durante una «campaña de moralización».