Aparentemente los tres temas están relacionados por muchas cosas que la mayoría conoce; sin embargo, aprovechando el espacio, me referiré de manera independiente a estos tres temas de actualidad.
Como la letra impresa siempre queda, recuerdo que al instalarse la CICIG escribí un artículo en donde dudaba que su misión tuviera éxito dada la magnitud de la impunidad y de los grupos paralelos y criminales que dominan el Estado, lo cual dije entonces y lo repito ahora, lo debemos combatir TODOS los guatemaltecos.
Sin embargo, lo que no me esperaba es que se diera un enfrentamiento dentro de la CICIG, lo cual debe alegrar a aquellos que están en prisión por la actividad que desarrolló Castresana, cuya personalidad, estilo y forma de actuar, era totalmente opuesta a la de su sucesor Dall»Anese. El primero, un personaje hiperactivo, extrovertido, convertido en una especie de Elliot Nees (cuya historia no es como la de la TV o las películas), ansioso de protagonismo; el segundo, en tanto, furtivo, introvertido, callado, alejado de las primeras planas y, aunque esa actitud de Castresana no atraía simpatías, Dall»Anese tampoco, pues la única vez que ha robado cámara fue para quejarse ante tres de nuestros procónsules por el fallo de una juez en el caso de Giammattei, y emitir un comunicado sobre la extradición de Vielmann, cuando el mismo jefe de la CICIG ha declarado reiterativamente que los casos se discuten en los tribunales y no en los medios de comunicación. Y aunque Dall»Anese pudiera tener alguna razón en lo que dice ¿no sería mejor que investigara otros casos más graves que existen en este reino de la impunidad?
Pero fuera de la diferencia de personalidad y personajes. Los grupos de los poderes paralelos, particularmente el económico, a través de sus múltiples voceros ha lanzado una campaña contra CICIG, apoyándose en las «extrañas» declaraciones de la ex empleada de esa Comisión, la tica Giselle Rivera, quien no ha dicho nada extraordinario desde que el caso de Pavón, el Infiernito y el Parlacen salieron a luz, mezclando su animadversión hacia Castresana, con capítulos aislados de estas telenovelas que algunos creen y otros no. De lo que no estoy seguro es si en este entredicho en que se quiere poner a la CICIG, están actuando fuerzas «ocultas», pero muy conocidas o es sólo un pleito entre comadres en el que participan, como siempre, nuestros queridos países «amigos». ¿O Dall»Anese no da la talla y le quedó grande el traje?
Pasando a noticias muy agradables me enteré que Panamá, al pasar un año de su retiro del Parlacen, ha reiterado que se retira del mismo, ejerciendo su propia soberanía e independencia, cumpliendo así un requisito formal y mandando al carajo a otro ente inoperante como es la llamada Corte de Justicia Centroamericana, un nido de ex magistrados y políticos centroamericanos que siguen ganando jugosos sueldos en dólares por no hacer nada.
El Parlacen es innecesario, cueva de corruptos, incluso narcotraficantes que han sido juzgados y condenados y políticos que al salir de la Presidencia y la Vicepresidencia quieren seguir gozando de inmunidad y mamando del erario nacional, pese a que al salir de sus cargos se llevan una inmensa cantidad de «ahorros», hechos con el sudor de los demás, tal como lo hará Colom, que al asumir dijo que no iría a ese foro por dignidad, pero ahora dice que sí irá para tratar de componerlo. ¡Puchis! Si el gobierno tuviera vergí¼enza, ya se hubiera retirado del Parlacen y la llamada Corte de Justicia.
En resumen el Parlacen debe desaparecer y felicitaciones a Panamá, cuya dignidad es lo opuesto a la vergí¼enza que tenemos en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y otros que se han unido para darles un sabroso hueso a 20 de sus cuates.
Finalmente, como ustedes ven, casi todos los temas van asociados, pues el Parlacen es refugio a la impunidad de algunos que debían estar en las cárceles y en las cárceles están, sin lugar a dudas, los mareros más sanguinarios que allí mandan y hacen lo que quieren gracias, en parte, a la corrupción existente en el sistema penitenciario.
No obstante, si el gobierno no puede dirigir una cárcel, ¿cómo pretende ser el que dirija el país? ¿Cómo es posible que un grupo de delincuentes ponga de rodillas, aún encarcelados, a todo un sistema de seguridad? ¿Tendrá alguna esperanza de desarrollo y dignidad la ciudadanía honrada, cuando son los malos los que ordenan?… Píenselo.
MANIFESTACIONES- Bajo el supuesto pretexto de hacer valer sus derechos, grupos, grupitos y grupúsculos se han dado a la tarea de bloquear calles y carreteras. Es decir, utilizan un derecho constitucional para violar el de otros ciudadanos, la mayoría, trabajadores o campesinos que utilizan buses urbanos y extraurbanos para realizar sus diligencias o asistir a sus trabajos. Dañan pues, a los de siempre, fuera de que algunos cafres utilizan pintas para manchar casas, negocios y monumentos. Y al día siguiente, sus reclamos ya están olvidados o en una comisión eterna, que es la forma más fácil de que muchos caigan de babosos.