Muchos deportistas exitosos luego de terminar su carrera se dedican a hacer comentarios deportivos y algunos de ellos son francamente extraordinarios. El béisbol norteamericano es un ejemplo de cómo personas con cultura general y educación que practicaron el deporte, se convierten en analistas que no sólo explican con propiedad los partidos, sino que realizan una labor didáctica que entusiasma a niños y jóvenes para la práctica deportiva.
ocmarroq@lahora.com.gt
Univisión en este Mundial ha armado un buen equipo de comentaristas, pero contrató al patán desagradable de José Luis Chilavert, quien dejó el mayor recuerdo de su carrera con el asqueroso escupitajo en el rostro del defensor brasileño Roberto Carlos, y con eso borró todo lo bueno que hizo el equipo que coordina Fernando Fiore. Ya en La Hora se publicó la nota sobre la forma en que se ensañó a atacar, no a criticar, al guatemalteco Carlos Batres a quien criticó de manera sistemáticamente baja, sin explicar por qué es que le cae mal el árbitro de nuestro país.
Ocurre que hace ocho años le tocó a Batres arbitrar el partido que Paraguay perdió contra Alemania en la Copa del Mundo en Corea-Japón y en estricto cumplimiento del Reglamento expulsó al jugador Acuña y el patán este no se lo perdonó porque en ese juego quedaron eliminados. Eliminados por un golazo que le metió Oliver Neuville al mismo Chilavert y porque Alemania superó a los paraguayos que plantearon un juego ultradefensivo, según pude ver nuevamente en un video de ese encuentro.
Si Chilavert hubiera tenido mínimo sentido de ética, le hubiera explicado a los televidentes que él conocía a Batres porque les pitó en ese juego. De esa manera la gente hubiera podido hacerse un juicio más imparcial ante los insultos que el comentarista lanzaba no sólo contra Batres sino contra nuestro país, al que denigró en forma intolerable. Pero en el fondo hay que decir que la culpa no la tiene este individuo, porque no se puede esperar cultura de un ignorante cuya educación y cultura quedó de manifiesto con el gesto de escupir en el rostro a un rival cuando éste se acercó a saludarlo después de un partido. La culpa es de Univisión, porque sólo una cadena en realidad mediocre puede contratar a un patán que no tiene ninguna credencial ni formación para realizar el importante trabajo de hacer comentarios en una Copa del mundo en la que millones de niños en Estados Unidos estaban pendientes de lo que decían los locutores en español, porque se supone que éstos sabían más de lo que estaban hablando toda vez que el futbol es un deporte propio de estas tierras.
En cambio, uno escucha en ESPN a Jí¼rgen Klinsmann y la verdad siente gusto de ver la forma en que hace sus comentarios en un inglés impecable pero, sobre todo, con una educación y conocimiento que evidencia que los deportistas pueden ser gente inteligente, preparada, con un nivel cultural al que nunca llegará ese pobre patán paraguayo.
Ayer Chilavert justificó todos los errores arbitrales en el juego que comentó entre Alemania e Inglaterra y varias veces repitió que los árbitros eran seres humanos y que se podían equivocar. Si tan severo fue para juzgar a Batres por lo que él consideró errores, cómo es posible que no dijera nada del gol que le anularon a los ingleses simplemente porque el árbitro y el línea que se equivocaron eran paraguayos y de ellos había hablado bien al empezar el juego. Pero repito que Chilavert se morirá siendo el rústico patán que ha sido toda su vida. De Univisión si resulta inexplicable e inaceptable que contraten a alguien que no tiene ni ética, ni moral ni decencia, porque simplemente es un cafre que no entiende nada de eso.