“Se trata, más bien de inculcar en la juventud los valores asociados a los DDHH y la Democraciaâ€. (Director UNESCO. 1993).
Tuve el honor de pronunciar la lección inaugural del segundo ciclo académico de la Universidad Rafael Landívar, sede en Escuintla, correspondiente a la Licenciatura en Enfermería. El solemne acto se llevó a cabo el sábado 23 de julio de 2011. Comparto con ustedes fragmentos escogidos del texto leído en esa ocasión:
Desde tiempos inmemoriales la lucha de la humanidad por la defensa de sus derechos y libertades ha sido constante. Desde la comunidad primitiva, pasando por los funestos modos de producción de la esclavitud y el feudalismo; hasta llegar al actual modo capitalista, injusto, perverso, desigual e inhumano, el nivel de reconocimiento y el ámbito de aplicación de los Derechos Humanos ha ido creciendo y tomando fuerza. Cada día son más los Estados y gobiernos que se suman al compromiso por su vigencia y respeto.
Por la importancia universal alcanzada, introducir la enseñanza de los DDHH en las instituciones de Educación Superior, compromete su quehacer que debe ser consecuente con la práctica no sólo de su actividad docente, sino también con las de investigación y extensión. Asumir ese compromiso es aceptar el desafío que para la Universidad significa adoptar los DDHH para su enseñanza, promoción, divulgación y defensa. La educación en y para los DDHH debe ser transversal en todos los planes y programas de estudio y por tanto, debería aportar conocimientos básicos, formar capacidades profesionales acertadas y sobre todo conciencia ética para actuar con responsabilidad profesional conforme a los principios y valores de los DDHH.
El proceso enseñanza aprendizaje de los DDHH en la Educación Superior no puede quedarse en teoría, debe poner a los estudiantes en contacto directo con las situaciones de injusticia, pobreza, marginalidad, discriminación, desigualdad y racismo existentes; que les permita percibir por experiencias de desarrollo personal, las violaciones a los DDHH y apropiarse de los contenidos de éstos. En síntesis, la enseñanza de los DDHH en la Educación Superior tiene carácter inter y multidisciplinario.
La Declaración mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y acción de la UNESCO (París, 1998) plantea: “Las instituciones de educación superior deben formar a los estudiantes para que se conviertan en ciudadanos bien informados y profundamente motivados, provistos de un sentido crítico y capaces de analizar los problemas de la sociedad, buscar soluciones para los que se planteen a la sociedad, aplicar éstas y asumir responsabilidades sociales.â€
El aula y el ambiente en la universidad deben ser atmósfera propicia y estimulante para los DDHH, el lugar en el que estos derechos no sean simplemente enseñados sino practicados por todos los miembros de la comunidad académica; autoridades, profesores, personal administrativo y estudiantes. Sólo así será posible para la Universidad contribuir a crear y extender entre la sociedad una cultura de los DDHH, que alimente prácticas democráticas y sustente la construcción de una cultura de paz.
Si preguntan por qué las universidades deben involucrarse en la enseñanza de los DDHH, respondería sin vacilar: porque el conocimiento, defensa y vigencia de los DDHH es fundamental para la vida de los pueblos, porque asegura bienestar y desarrollo, porque consolida entre la sociedad la paz, la armonía, el respeto y la democracia.