En una mañana arrolladora, los países integrantes de la Unión Europea acordaron hoy crear un supervisor bancario comunitario y aprobaron créditos por millones de euros para Grecia.
Las dos medidas aprobadas por los ministros de finanzas de los 27 países de la UE pusieron fin a semanas de discusiones sobre cómo lidiar con la crisis que ya lleva tres años. Las decisiones permitirán a los líderes europeos que se reunirán el mismo día más tarde a concentrarse en resolver otros problemas económicos y financieros de la región.
«Europa y la eurozona han demostrado que son capaces de superar los desafíos que enfrentan», dijo el presidente francés Francois Hollande.
Los 17 ministros de finanzas de la zona euro acordaron que Grecia recibiría un total de 49.100 millones de euros (64.000 millones de dólares) de aquí a marzo, de los cuales 34.300 millones de euros (44.850 millones de dólares) se entregarán en los próximos días. Atenas necesita el dinero para mantenerse a flote y no dejar de pagar sus deudas.
La aprobación de fondos para Grecia allana el camino «para que regrese a la confianza de la inversión, el crecimiento y la creación de empleos», dijo Olli Rehn, comisario europeo de asuntos monetarios.
A cambio de la ayuda, Grecia se ha comprometido a aplicar más medidas de austeridad que incluyen aumentos de impuestos y recortes al gasto.
Otro paso importante de la UE el jueves fue la creación de un solo supervisor para los bancos europeos.
«Pieza por pieza, ladrillo por ladrillo, la unión bancaria será construida a partir de este primer paso fundamental tomado hoy», dijo Michel Barnier, comisario de Mercado Interior de la UE.
El acuerdo político, al que aún le falta la aprobación del Parlamento, hará al Banco Central Europeo el supervisor de los bancos de los 17 países de la eurozona y de cualquier otra nación en el bloque que lo desee. Le dará al BCE amplios poderes y también facilitará que el fondo de rescate de Europa proporcione ayuda directa a los bancos en apuros, una medida vital para ayudar al continente a salir de su crisis de deuda.
La UE le había prometido a los mercados tener un esbozo de acuerdo para el Año Nuevo, y los ministros de finanzas lo cumplieron después de otra sesión de emergencia de toda la noche.
Según el acuerdo, los bancos con más de 30.000 millones de euros (39.000 millones de dólares) en activos o los que representen el 20% del Producto Interno Bruto de sus economías nacionales serán colocados bajo la supervisión directa del Banco Central Europeo. El BCE también puede supervisar cualquier otro banco que a su juicio lo requiera.
El acuerdo le da al BCE amplios poderes, incluida la capacidad de conceder o retirar licencias bancarias, investigar a instituciones y sancionar financieramente a bancos que no sigan las reglas.
El supervisor comenzará a trabajar en marzo del año próximo y poco a poco irá incrementando sus responsabilidades hasta que opere a su capacidad plena un año después.
Tal vez lo más importante es que el nuevo sistema allana el camino para que el fondo de rescate de Europa acuda directamente en apoyo de los bancos del continente que se encuentren en problemas.