Después de más de un año de intensas negociaciones, los ministros de finanzas europeos lograron el miércoles un acuerdo político sobre la pieza final de una eventual unión bancaria, el paso más ambicioso para la integración económica de Europa desde la adopción del euro como la moneda común.
Los ministros se pusieron de acuerdo en las directrices para crear una nueva institución europea conjunta que estará a cargo de cerrar o apuntalar a bancos en problemas, el llamado mecanismo único de resolución, con un arreglo para financiar sus operaciones incluido.
«Con el acuerdo sobre el mecanismo de resolución hemos creado el último pilar legal de la unión bancaria», declaró Wolfgang Schaeuble, ministro de Finanzas de Alemania.
Si no se lograba un acuerdo a tiempo, ello hubiera significado una demora en la creación de la unión bancaria, lo que pondría en riesgo el proyecto crucial de Europa para estabilizar su sector financiero y proteger a los gobiernos nacionales de verse arrastrados por los bancos en problemas.
El acuerdo alcanzado poco antes de la medianoche del miércoles también asegura que la legislación pueda enviarse al Parlamento europeo a tiempo para su aprobación antes de que termine el actual periodo de sesiones en mayo, lo que evitará un retraso de varios meses.
Una de las razones por las que la UE se metió en tantos problemas financieros fue que gobiernos como el de Irlanda tuvieron que intervenir para salvar a sus bancos cuando estalló la crisis financiera en 2007-2008, lo que a la larga obligó a los gobiernos a solicitar rescate para ellos mismos.
En un importante primer paso, los ministros acordaron hace unos meses centralizar la supervisión de los bancos más grandes de la eurozona.
Los ministros de finanzas intentaban llegar a un acuerdo antes de que comience el jueves una cumbre de líderes de la UE en Bruselas.
El martes en la reunión preparatoria, los 17 ministros de finanzas que utilizan el euro se pusieron de acuerdo sobre cómo financiar la agencia de rescate bancario.
Bajo los términos del acuerdo, los bancos proporcionarán 55.000 millones de euros (75.600 millones de dólares) durante 10 años para financiar el cierre o la reorganización de bancos en problemas.
El principio operativo es que los mismos bancos y sus acreedores paguen los rescates, y no los gobiernos o contribuyentes.
Hasta que la totalidad del fondo del sistema bancario centralizado esté disponible, el cierre o rescate de los bancos en problemas se pagará a través de una compleja combinación de fondos de recursos del banco nacional especial para rescates y el mecanismo de ayuda europeo. En caso de que una nación carezca de los recursos adecuados para ello antes de que entre en funcionamiento el fondo común, podría pedir prestado del fondo permanente de rescate de la eurozona, el Mecanismo de Estabilidad Europea, que cuenta con recursos por 500.000 millones de euros.