Los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea abren el jueves una cumbre en Bruselas centrada en el cambio climático, marco en el cual buscarán alcanzar un acuerdo sobre objetivos obligatorios en energías renovables para mostrar el liderazgo mundial del bloque en ese tema.
«Creo que este Consejo Europeo es mucho más importante que muchos otros del pasado. Se trata del recalentamiento planetario, la protección del clima y la seguridad energética. El mundo va a estar mirándonos para ver si realmente somos creíbles», dijo el presidente de la comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, al referirse al encuentro que se extenderá hasta el viernes.
Los principales temas de debate serán dos: el carácter obligatorio o sólo indicativo del compromiso para elevar al 20% la parte de las energías renovables en el consumo global de la UE en 2020 (contra el 6% actual), y el papel del nuclear en el futuro del abastecimiento del bloque.
La canciller alemana Angela Merkel, cuyo país ejerce la presidencia de la UE, y Durao Barroso intentarán convencer a los 27 miembros del bloque sobre la necesidad de enviar una señal concreta a los ciudadanos europeos y al resto del mundo.
Para ello, los líderes europeos ratificarán el compromiso alcanzado recientemente por sus ministros de Medio Ambiente de reducir las emisiones de gas de efecto invernadero en la UE «al menos un 20%» para 2020 con respecto a 1990, y hasta 30% en caso de compromiso internacional.
También aprobarán un compromiso para el objetivo de que los biocarburantes representen 10% de los carburantes consumidos en el bloque por los vehículos de aquí a 2020.
Si en estos puntos hay consenso absoluto, el debate está abierto en cambio en cuanto a la obligatoriedad o no de establecer un porcentaje del 20% de energía renovable (eólica, hidráulica, geotérmica, solar o proveniente de la biomasa) en el consumo total de Europa hacia 2020, en lugar de 7% actualmente.
Francia, Polonia y los países bálticos defienden una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero respetando la soberanía nacional sobre las fuentes energéticas a utilizar, por ejemplo la nuclear, para cumplir con los objetivos de lucha contra el recalentamiento climático.
En cambio, Alemania, España, Italia, Austria, Irlanda quieren que ese 20% sea obligatorio para darle «credibilidad» a la UE, y prefieren evitar mezclar el debate nuclear con el de las energías renovables.
Para estos países, como explicó el secretario de Estado español para Asuntos Europeos, Alberto Navarro, la diferencia es clara ya que «las energías renovables no tienen el inconveniente de la energía nuclear de dejar residuos durante muchas generaciones».
De su lado, Durao Barroso indicó que si «los Estados miembros están divididos sobre el nuclear», en cambio «están de acuerdo sobre las energías renovables, incluso si existen diferencias en la ambición».
En todo caso, la intención de la UE es dar «un mensaje de cara al exterior de unidad, de que Europa está liderando la lucha contra el cambio climático», con miras a la supervivencia del protocolo de Kyoto más allá de 2012, para lo cual se requiere sumar a Estados Unidos (que no lo ratificó pese a emitir el 25% del total mundial de dióxido de carbono), pero también a India y China.
Por otra parte, la canciller alemana Angela Merkel tiene previsto presentar a sus homólogos durante la cena del jueves las líneas principales de lo que será la declaración de Berlín del 25 de marzo próximo con motivo del 50º aniversario del Tratado de Roma, considerado como fundador de la UE.
La agenda de la cumbre incluye además la marcha de la estrategia de Lisboa para el crecimiento y el empleo y la cuestión de una mejor regulación para reducir la burocracia, en medio del buen momento económico que atraviesa la UE.