La Unión Europea se colocó hoy en la «vanguardia mundial» de la lucha contra el cambio climático, al adoptar un ambicioso plan energético que incluye un recorte unilateral del 20% de las emisiones de dióxido de carbono para 2020 y un objetivo obligatorio de consumo de energías renovables.
El acuerdo alcanzado tras dos días de duras discusiones entre los 27 líderes europeos reconoce indirectamente el papel del nuclear en la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, un triunfo del presidente francés Jacques Chirac en su última cumbre europea.
«No es poca mi satisfacción de haber llegado hoy a objetivos tan ambiciosos y creíbles», dijo una sonriente canciller alemana Angela Merkel, cuyo país ejerce la presidencia del bloque, en la conferencia de prensa de cierre de la cumbre.
A su lado, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, saludó un acuerdo «histórico», «el de mayores consecuencias jamás alcanzado por una cumbre europea».
«El Consejo Europeo se ha colocado de nuevo en la vanguardia mundial liderando la batalla contra esa gran amenaza del planeta que es el cambio climático», celebró por su parte el presidente de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
El plan tiene cuatro grandes objetivos, todos para 2020: una reducción del 20% de las emisiones de CO2; un desarrollo de las energías «limpias» para que representen 20% del consumo total de la UE (contra 7% actualmente); un 10% de biocarburantes en el consumo de combustibles en el transporte; y un ahorro energético del 20% respecto de la actuales estimaciones para esa fecha.
Además, la UE se compromete a llegar hasta un 30% en la reducción de gases de efecto invernadero en caso de compromiso internacional que involucre tanto a Estados Unidos como a países emergentes, tales como China, India y Brasil.
El acuerdo final de la cumbre supone un gran triunfo para los impulsores de un compromiso «creíble» de la UE en la lucha contra el cambio climático, ya que para ellos hubo que sortear las reticencias de varios países miembros, entre ellos Francia y Finlandia, que pretendían un mayor reconocimiento del papel del nuclear en ese combate.
Los jefes de Estado y de gobierno de los 27 no habían llegado a un acuerdo sobre las energías renovables anoche, pero Merkel insistió hoy a primera hora de la mañana de hoy con un nuevo texto de compromiso que fue aprobado tras una discusión palabra por palabra en cierto párrafos.
Una condición para lograr consenso fue el reconocimiento de que el futuro reparto del esfuerzo de ese porcentaje del 20% tenga en cuenta las especificidades energéticas de cada país, para no perjudicar por ejemplo a aquellos que utilizan el nuclear.
El compromiso de la presidencia alemana estipula que los futuros objetivos nacionales dependerán de «los diferentes puntos de partida de los países, entre ellos el nivel existente de energías renovables y su variedad energética», lo que abre el juego en cuanto al reparto entre los 27 de ese 20%.
Además, reconoce «la contribución de la energía nuclear en el marco de las crecientes preocupaciones sobre la seguridad de los abastecimientos de energía y la reducción de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono)».
Las conclusiones recuerdan por otra parte que «corresponde a cada Estado miembro decidir si recurrirá a no a la energía nuclear».
De todos modos, Merkel se negó a poner en pie de igualdad a las energías «limpias» y a la nuclear. «La energía nuclear no es energía renovable, no puede ser clasificada como renovable», dijo, en sintonía con la posición de Austria, Irlanda e Italia.
íngela Merkel
Canciller de Alemania