La plaza de San Francisco en la ciudad de San Cristóbal (Brasil) y las cuevas prehistóricas de Yagul y Mitla (México) son dos de los 30 sitios que aspiran a integrar la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO que se examinará desde el domingo en Brasil, país anfitrión en 2010.
Las candidaturas serán estudiadas del 25 de julio al 3 de agosto en el marco de la 34ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La reunión del comité -compuesto por 35 países- se llevará a cabo en Brasilia, ciudad Patrimonio Mundial de la UNESCO, que cumple 50 años desde su fundación.
Brasil y México son los dos únicos países latinoamericanos que integran este año el comité, presidido por el ministro brasileño de Cultura, Joao Luiz Silva Ferreira.
Seis sitios naturales, 24 bienes culturales y dos mixtos, de los cinco continentes, desde Brasil a Irán pasando por India, China, Francia, España, Vietnam y Holanda, son objeto desde hace meses de discusiones e informes previos para sumarse a la codiciada lista que reconoce su «valor universal excepcional» y que fue inaugurada en 1978 por las Islas Galápagos (Ecuador).
«Si se amenaza ese valor por causas humanas o naturales, el sitio puede entrar en la Lista del Patrimonio en Peligro, y si ese valor se pierde, sale de la lista», explicó a la AFP una fuente de la UNESCO.
En más de 30 años, la lista no ha dejado de crecer y hoy cuenta con 689 bienes culturales, 176 son naturales y 25 mixtos. Sólo dos fueron retirados: un paisaje cultural en Alemania tras la construcción de un puente y un parque en el sultanato de Omán que albergaba petróleo en su subsuelo.
La inscripción en la lista es resultado de un procedimiento de «evaluación confidencial» a cargo de organismos independientes, indicó la misma fuente.
El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza evalúan a los candidatos y emiten una recomendación que el Comité del Patrimonio Mundial «puede o no seguir».
De todos modos, a veces existen candidaturas o sitios ya inscritos que dan lugar a la polémica, como la catedral de la Sagrada Familia de Antoni Gaudí en Barcelona. Vecinos y autoridades del templo hacen hincapié en que está inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial para evitar la construcción de un túnel del tren de alta velocidad cuyo trazado pasa junto a sus cimientos.
Una candidatura sorprendente este año es la del Atolón de Bikini, donde se llevaron a cabo pruebas nucleares, y al que las Islas Marshall quieren sumar a la Lista.
La Lista fue resultado de la Convención de la UNESCO para la Protección Mundial Cultural y Natural aprobada en 1972, cuyo objetivo es «salvaguardar el patrimonio común de la Humanidad» y es considerada uno de los instrumentos jurídicos internacionales más aceptados.
El Comité supervisa la asignación de subvenciones del Fondo del Patrimonio Mundial, que asciende a más de cuatro millones de dólares anuales y que está destinado, sobre todo, a sitios en situación de emergencia, por ejemplo destruidos por un terremoto, o a países en desarrollo.
«La ciudad de París o las obras de Gaudí no reciben dinero», explicó la misma fuente, que rebatió el argumento de quienes temen que la inscripción de un sitio en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro suponga una mala imagen.
El comité examinará justamente el estado de conservación de los 31 sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, es decir aquellos que están en situación de riesgo por «contaminación, desarrollo de la urbanización, turismo masivo deficientemente organizado, guerras y catástrofes naturales».
«Al contrario, estar en esa lista puede desencadenar acuerdos de cooperación científica o bilateral que permitan al sitio obtener más ayudas», destacó, citando el caso de Galápagos, que desde hace dos años recibe fondos de Japón.
A la inauguración en Brasilia asistirán el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y la directora general de la UNESCO, Irina Bokova.