UNE y Patriotas intensifican negociaciones para segunda vuelta electoral


Los dirigentes de la Unidad Nacional de la Esperanza, (UNE), y del Partido Patriota, (PP), han ido más allá del 9 de septiembre al iniciar acercamientos con las diferentes organizaciones polí­ticas que no puntean los sondeos de opinión, con el propósito de buscar el respaldo de sus militantes de cara a una segunda vuelta electoral.


Ante la inexistencia de un voto disciplinado, salvo en algunas zonas del paí­s que controla el Frente Republicano Guatemalteco, FRG, las negociaciones dependerán de los resultados del 9 de septiembre y de la estrategia que manejen los partidos para la recta final de la campaña.

Si Colom mantiene la diferencia porcentual que manejan las encuestas (10%) sobre Pérez Molina, le será fácil obtener la victoria en noviembre, pero si por el contrario Pérez se acerca y maneja una estrategia apropiada, podrí­a dejar por tercera vez consecutiva a Colom con su deseo de llegar a la Casa Presidencial.

UNE: de puertas abiertas

Mientras que la dirigencia de la UNE manifiesta tener abierta las puertas para quienes busquen contribuir a construir un mejor paí­s, sean estos de derecha, centro o izquierda, los del Patriota se sienten más cómodos con los partidos de centro-derecha, con quienes no tendrí­an ninguna dificultad para iniciar negociaciones.

«Nosotros creemos que en una segunda vuelta deberí­amos tener la capacidad de capturar el voto que se mueve desde el centro hacia la derecha. Ese es un voto natural que buscaremos atraer, en la comunicación vamos a dirigir nuestros mensajes hacia esos votantes, ese es nuestro objetivo», aseguró Alejandro Sinibaldi del PP. Consultado respecto a los nombres de los partidos polí­ticos con los que han iniciado negociaciones, no los reveló, pero dijo que aquellas organizaciones que se encuentren en el espectro de centro derecha, están incluidos.

De esa cuenta los Patriotas, sin decirlo tácitamente, descartan acercamientos con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, URNG; así­ como con la Alianza Nueva Nación, cuya dirigencia en 1999 postuló a ílvaro Colom como su candidato presidencial, situación que le permite hoy al partido de la esperanza hacerse del voto de la izquierda, sin mayor complicación.

Tres escenarios posibles

Desde la óptica del sociólogo Héctor Rosada, hay que plantear tres escenarios para una segunda vuelta: Colom-Pérez Molina; Colom-Alejandro Giammattei o Pérez Molina-Giammattei. En el primer escenario, a Colom le serí­a fácil conseguir el apoyo de Encuentro por Guatemala y no tendrí­a mucho problema con la Gran Alianza Nacional, Gana, partido al que estratégicamente le convendrí­a una transición ordenada; con el FRG y la izquierda, no tiene ningún problema, incluso han votado juntos, dice.

Según Rosada, Pérez Molina no caminarí­a con la izquierda porque son proyectos no coincidentes. Con el resto de partidos de centro, que viene siendo una derecha vergonzante, no tendrí­a problema, con excepción del FRG donde existe un conflicto visceral entre el general Efraí­n Rí­os Montt y mano dura, afirma.

El lí­der del partido de la manita no le perdona al General de la mano dura el haber sido uno de los impulsores del golpe de Estado de 1983 que propició su salida de la jefatura de gobierno; así­ como su presunto ví­nculo con un atentado a su residencia a finales de la década de los 90. Si bien esa situación le allana el camino a la Unidad Nacional de la Esperanza para captar el voto duro del FRG, la imagen deteriorada de esa agrupación polí­tica los lleva a no hacer público ningún acuerdo por las repercusiones que un apoyo de esa í­ndole tendrí­a.

Giammattei podrí­a colarse

En el tercer escenario y después de conocerse que Giammattei desplazó a Rigoberta Menchú del tercer puesto de intención de voto, Rosada considera que en una segunda vuelta entre Pérez Molina y Giammattei, habrí­a muchas posibilidades de que la mayor parte de partidos de derecha apoyen a la Gana. No hay que perder de vista a Giammattei, quien ha venido despegando en las últimas semanas y podrí­a convertirse en una sorpresa, toda vez que ha logrado desligarse de las acciones del partido de gobierno, dice.

Los indecisos, siguen sin definirse

Y aunque ya trabajan la segunda vuelta, los punteros no pierden de vista a los ciudadanos indecisos (un tercio del total de electores) porque podrí­an constituirse en un factor de desequilibrio; sin embargo, prevén que el porcentaje de participación disminuirá en comparación a los comicios de 2003, toda vez que en las elecciones pasadas lo que se buscaba era evitar la llegada al poder de Rí­os Montt.

Aún así­, el Tribunal Supremo Electoral considera que el porcentaje de abstencionismo podrí­a reducirse considerablemente, tomando en cuenta el proceso de descentralización impulsado, que conlleva duplicar el número de mesas hasta llegar a las 14,200. Aunque las urnas estarán más cerca del ciudadano, también toman en cuenta que el proceso de actualización de datos no surtió los efectos necesarios.