Julio Donis
Los retos para el que gane el próximo 4 de noviembre son los mismos, tanto para la UNE como para el PATRIOTA; sin embargo, cada partido alardea hasta donde puede sobre sus diferentes herramientas y propuestas para hacer frente a la tarea de conducir el Estado, de combatir la pobreza, de acabar con la inseguridad, de reformas políticas, sobre los planes para la educación, la salud, etc. En realidad hay diferencias y similitudes, algunas convenientes y las otras alarmantes. Las primeras están dadas por lo que impone la campaña en términos de exigencia del mercado electoral; y las similitudes derivan como producto de un sistema de partidos políticos con organizaciones con poco sustento ideológico y débil músculo institucional con el subsiguiente pobre arraigo en la sociedad, (la corta vida de la UNE y el PATRIOTA no supera los seis años). Esto da como resultado partidos que se diferencian muy poco uno del otro.
Poca cultura política
Se necesitaría una posición ideológica fuerte para que tuviéramos una verdadera contienda entre dos distintas opciones políticas; sin embargo, ambos partidos tratan de asegurar y motivar a un mercado electoral con muy poca cultura política, razón por la cual no se puede ser tan «distinto», por lo que se alude a toda costa a mensajes en el que quepan todos los pensamientos posibles, pero en un escenario tan cerrado esa tarea es compleja. Por ejemplo, la distancia de una cuadra que tomó la caravana uneista de la marcha por la celebración del 20 de octubre el pasado sábado, es la misma distancia que hace a los patriotas asumir en el discurso el tema de la «interculturalidad» como uno de sus ejes del programa de gobierno, de una posición más profunda como pensar un Estado multiétnico; es decir, cerca pero no tanto.
A partir de este contexto, se puede identificar en los planes de gobierno y en los discursos de sus respectivos candidatos, ílvaro Colom y Otto Pérez, diferencias convenientes y similitudes complejas de asimilar (el reciente debate televisivo entre ambos fue delatador). Al final marcaré otras que sí son de fondo. Los dos candidatos se comprometen con la integración centroamericana, algo obvio en estos tiempos globales. Ambos declaran su anuencia por la unión aduanera, quitar frontera en el área, y los dos están contentos por el SI de Costa Rica; es más, ambos declaran su preocupación por las condiciones de «seguridad» como factor que fortalecería tal integración. Pero ¿quién de ellos asume el reto para el Estado guatemalteco de una construcción de alianzas diferentes que ofrezcan determinada independencia en medio de un mundo interdependiente?
Ambos con la iniciativa privada
Sobre la expectativa de generar recursos para el país, el PATRIOTA dice que la riqueza vendrá por la inversión que hará la iniciativa privada y extranjera si se favorecen condiciones de seguridad, esto remite al Estado con funciones de guardián de inversiones de otros. La UNE por su lado indica que el modelo económico que proponen, se basará en la responsabilidad empresarial social; es decir, en empresarios que piensen en el trabajador. Unos proponen desarrollo rural y atracción de inversiones y otros facilitar miles de empleos en el turismo, en lo rural, en vivienda y en el gobierno, para mitigar pobreza; pero nadie declara su compromiso o posición sobre la aprobación de la Ley de la vivienda u ordenamiento territorial. El PP habla de agricultura de subsistencia a un modelo de excelencia (por cierto qué significará esto?) y la UNE habla de un plan para la pequeña y mediana empresa. Ambos destacan el papel de la iniciativa privada hasta llegar a decir que fue por el sector privado que Guatemala se salvó de ser un «Estado fallido».
De acuerdo en lo obvio
En lo relativo a la política fiscal, los dos retomarán el pacto fiscal. Uno propone carácter y firmeza para evitar la evasión y mejorar la recaudación y el otro propone un plan de ordenamiento financiero en el Estado. Están de acuerdo en lo obvio, el Estado no tiene recursos si no es por la recaudación fiscal, pero ninguno declara que los que más ganancias producen más tendrían que tributar. Por cierto, ninguno se quería quedar atrás en entregarle a Manfredo Marroquín de Acción Ciudadana su plan de transparencia y anticorrupción, pero ¿por qué no tener un gesto con el Contralor General y empezar a fortalecer las instancias del Estado? Igual guiño tienen los dos candidatos sobre la discriminación y condiciones desiguales de acceso a justicia y educación de la población indígena; uno tiene el eje de interculturalidad y el otro un programa de armonía étnica.
Ambos candidatos declaran que no harán borrón y cuenta nueva (supongo que a estas alturas ya queda mal dicha práctica) pero lo que se queda es periférico en el escenario de los temas relevantes para Guatemala: el Proyecto de la Autoridad del Manejo del Lago de Amatitlán, Programa de Incentivos Forestales, Programa Nacional de Competitividad. Nadie declara la continuidad, por ejemplo, de la política educativa, más allá de que sea buena o mala, y no porque los partidos en contienda sean opuestos a la misma, sino porque dichos temas representan grandes nichos de poder estratégico que hay que copar, luego se retomarán los mismos contenidos?
Uno más social y otro más libre mercado
Como se ve, ambas propuestas son diferentes pero iguales al final, una más «social» y la otra más «libre mercado», una con «seguridad» y la otra con «responsabilidad empresarial» pero con la intención de un Estado eficiente que esté a la altura de los vientos liberales. Ambos están en su derecho pero usted también.
Finalmente un par de elementos que son de forma y por lo tanto de fondo. Los candidatos a Presidente y Vicepresidente son distintos y sus imágenes transmiten valores específicos. Uno lideró un ministerio y otro un ejército; un vicepresidenciable es empresario y el otro es reconocido profesional. Preguntar es lo que lleva a dinamizar el conocimiento y a conocer, por eso termino con una cuestionante: en una sociedad autoritaria y violenta como la guatemalteca ¿como se reflejan aquellas imágenes en dichos valores?