La batalla de las elecciones legislativas portuguesas del próximo domingo se anuncia muy disputada entre los socialistas, en el poder, y la oposición de centro-derecha, aunque el PS del primer ministro José Sócrates aparece en los últimos días en posición ventajosa.
Según los últimos sondeos el jueves, el Partido Socialista (PS) de Sócrates, derrotado en las europeas de junio, obtendría 40% de los votos contra 31,6% para la principal formación de oposición, el Partido Social-Demócrata (PSD, centro derecha) de Manuela Ferreira Leite.
Sin embargo sigue lejos de la mayoría absoluta lograda en febrero de 2005, cuando recabó el 45% de los votos y con ellos 121 diputados de los 230 del Parlamento.
La mejora del PS en los últimos sondeos se produce a expensas del Bloque de Izquierdas (BE, extrema izquierda), que pasaría de 16,2 a 9%. El Centro democrático y social (CDS-PP, derecha) obtendría 8,2% de los sufragios y la coalición communistas-verdes CDU, 7,2%.
Este sondeo fue realizado por el instituto Marktest para el Diario Económico y la radio TSF.
A lo largo de toda la campaña, José Sócrates se ha esforzado en marcar su discurso a la izquierda, para reconquistar un electorado que le propinó un severo varapalo en las últimas europeas. Contrariando las previsiones de los sondeos, el PS obtuvo entonces el 26,5% de los votos, por detrás del PSD (31,7%), y sobre todo 18 puntos por debajo del resultado de las legislativas de 2005.
Criticado por haber impuesto dolorosas reformas estructurales, el jefe del gobierno socialista defendió su política de austeridad presupuestaria, asegurando que gracias a ella Portugal ha podido «resistir mejor» a la crisis económica mundial.
Atacado también por su balance en política social, Sócrates ha prometido hacer del empleo su prioridad, en un momento en que el país acaba de superar la cifra de 500.000 desempleados.
«La elección es entre el PS y la derecha, entre yo y Manuela Ferreira Leite», repitió en sus mítines, negándose a pronunciarse sobre cuál sería su estrategia tras los comicios.
Ferreira Leite ha descartado categóricamente la posibilidad de formar un «bloque central» con el PS. Con su denuncia del peso del Estado en la economía y la sociedad, la candidata ha hecho de «la asfixia democrática», impuesta según ella por la mayoría socialista, su principal tema de campaña.
Por su lado, la extrema izquierda ha descartado su participación en un gobierno dirigido por José Sócrates, quien según ellos simboliza la desviación liberal del Partido Socialista.
«La posibilidad más verosímil tras las elecciones es un gobierno socialista minoritario que negocie acuerdos parlamentarios caso por caso», explica a la AFP el politólogo Antonio Costa Pinto.
El experto advierte que «sea quien sea el vencedor de la elección, hay un riesgo real de ingobernabilidad, en particular cuando se vote el presupuesto».