Unas elecciones atí­picas


Ya pasaron los dí­as de «alegres elecciones», como dijo el doctor Arévalo. Las de este año, por lo menos, son totalmente atí­picas por diversos factores que las rodean. Empecemos por señalar que desafortunadamente lo que era cosa de nuestro violento pasado ha vuelto a reaparecer: la violencia polí­tica, de manera especial en la UNE, en donde se han producido asesinatos e intimidaciones en contra de sus dirigentes.

Héctor Luna Troccoli

Esta violencia que las autoridades de Gobernación para salir al paso de su deficiente investigación la atribuye a pugnas entre los mismos dirigentes y al ya popularí­simo «crimen organizado», lo cual podrí­a ser en parte verdad, pero lo importante es esclarecer estos hechos, los cuales podrí­an agudizarse en el futuro.

Pero, aparte de lo anterior, tenemos unas elecciones primarias fracasadas en el partido oficial y una de sus principales cartas, al menos aparentemente, Eduardo González perdió su banco, está en problemas judiciales y renunció a su postulación como candidato, lo cual acaba de hacer Luis Flores Asturias, lo cual me parece sensato porque Luis no tiene carisma para atraer al electorado y el PAN que lo apoyaba, creyó que los unionistas con Fritz como vice y la GANA con cuotas de poder en ministerios, direcciones, Congreso, se les unirí­an para formar un solo frente de derecha.

Otro elemento para estudiar es el hecho de que existan 19 partidos inscritos y nuevamente vuelven a surgir definiciones que acabaron al terminar la guerra frí­a, al encasillarlos en «de izquierda», «centro» y «derecha», notándose que de izquierda podrí­a catalogarse a la URNG y la ANN y los otros divididos entre las otras dos tendencias.

En cuanto a los candidatos se perfilan tres «gallos» para la presidencia: el general Otto Pérez Molina, el ingeniero ílvaro Colom y el doctor Alejandro Giammattei, cuyos partidos tendrán que buscar alianzas partidarias o bien de dirigentes, incorporándose con ellos, lo que se llama «cambiar de camiseta» lo cual para mí­ es vergonzoso y pongo mi caso como ejemplo, milité únicamente en un partido polí­tico: la antigua UCN de 1983, cuando la fundamos, hasta 1993 cuando renuncié después de la muerte de Jorge Carpio a quien en más de una ocasión, le manifesté mi desagrado de estar en el partido y me mantuve en él por lealtad, pese a que en el Congreso se me ofrecieron buenos dineros por pasarme a otros diferentes.

Otra cosa que no hay que olvidar es al FRG, con su «candidato natural» como dice Arí­stides Crespo, el general Rí­os Montt a quien estoy seguro los tribunales le dirán que NO puede ser candidato, pero ello no obsta para decir que es el único grupo disciplinado polí­ticamente, que también tiene olfato para la estrategia y la negociación polí­tica.

Así­ las cosas, estas elecciones tienen sobre sí­ el signo de la violencia y para colmo, un Tribunal Electoral acosado por diversos grupos, por lo que es válida la aseveración de que debe haber una auditorí­a social contundente, porque aquí­ sí­ puede correr dinero del narcotráfico y el crimen organizado. ¿Estamos?…