Una visita polí­tica en el mundo árabe



Después de su estancia privada en Egipto, la visita oficial del presidente francés Nicolas Sarkozy a El Cairo, los dí­as 30 y 31 de diciembre, pretende reforzar su imagen polí­tica en Egipto y en el mundo árabe.

El presidente Hosni Mubarak, que le recibió el viernes en el balneario de Charm el-Cheij, entabló con él un primer contacto positivo aunque la prensa egipcia no cesó de desacreditarlo como pro-norteamericano y pro-israelí­.

Los dos presidentes no se han visto más que dos veces, en Parí­s, la ví­spera y después de la elección en mayo de Nicolas Sarkozy. Es una gran amistad que Mubarak habí­a tejido antes tanto con Franí§ois Mitterrand como con Jacques Chirac.

El presidente Sarkozy, de 53 años, busca asociar estrechamente en su proyecto de Unión del Mediterráneo a Mubarak, de 79 años, un hombre, a sus ojos, «de experiencia y sabidurí­a» y un «compañero ineludible».

Acogida al principio con prudencia en El Cairo, esta iniciativa de Francia cuenta a partir de ahora con los favores de Egipto. í‰sta podrí­a constituir la base de un estrechamiento de alianza estratégica con este paí­s clave del mundo árabe.

Sin embargo, este desplazamiento a Egipto constituye también la primera visita oficial de Nicolas Sarkozy a Oriente Medio y Próximo, donde surgen interrogantes sobre un reposicionamiento de Francia.

«Es importante que él venga ahora a explicarse y que nosotros le recibamos sin una primera impresión negativa», declaró a la AFP el investigador Imad Gad del Centro de Análisis Estratégico y Polí­tico de al-Ahram.

Tras haber mostrado su amistad por Israel y rechazar la actitud antinorteamericana, Nicolas Sarkozy es visto en Egipto como un presidente de ruptura con la «polí­tica árabe» de sus predecesores.

«Se ha terminado la era Chirac, partidaria de los árabes y los africanos», apuntó, el dí­a después de su elección, una editorialista del principal diario gubernamental, Al-Ahram.

Después de la pequeña frase, en septiembre, del jefe de la diplomacia Bernard Kouchner sobre una «guerra» posible con Irán en el contexto de la crisis nuclear, se establece un alineamiento con Washington que fue muy criticado.

«En general, la polí­tica francesa parece, desde Sarkozy, muy cambiante y aventurada (…) utilizando los mismos medios que la Administración Bush», estima Salama Ahmed Salama, un editorialista del muy influyente Al-Ahram.

Los diarios de todos los bandos repiten desde entonces que Nicolas Sarkozy reemplazó al ex primer ministro Tony Blair como aliado número uno del presidente Bush, llamándolo «Sarko el americano».

Para el ex secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, a la inversa, «los primeros pasos de la Administración francesa son positivos». «Veo una continuidad y espero más interés» todaví­a por el sur, dijo a la AFP.

El presidente de la Autoridad palestina Mahmoud Abbas señaló que «el presidente Sarkozy no oculta que apoya a Israel, pero apoya también la causa palestina».