Ayer vino a La Hora el doctor Rodolfo Rohrmoser Valdeavellano, quien fuera magistrado de la Corte de Constitucionalidad y ahora figura en la lista de aspirantes al cargo de Procurador de los Derechos Humanos publicada por la comisión respectiva del Congreso de la República. Al doctor Rohrmoser lo conozco hace muchos años porque fue mi profesor en los últimos años de la carrera de derecho en la Universidad de San Carlos y luego he seguido su trayectoria profesional y pública que creí culminada con su desempeño como Magistrado de la CC en el período anterior.
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Me comentaba que su decisión de presentar su candidatura para figurar en la terna que ha de elaborar la Comisión de Derechos Humanos del Congreso es resultado de un sentido de responsabilidad. Cree él que una de las cuestiones fundamentales del desempeño del Procurador de los Derechos Humanos está en la labor que puede considerarse como preventiva porque se orienta a educar y crear una cultura de respeto a los derechos fundamentales, misma que aún no hemos llegado a cimentar realmente en nuestro país.
Yo le expliqué el doctor Rohrmoser que personalmente pienso que el doctor Sergio Morales ha hecho un buen trabajo y que me parecería acertada una decisión para reelegirlo, puesto que existen varios programas que están en marcha en la PDH que vale la pena afianzar, además de que pienso que la formación académica del actual Procurador es muy sólida y se ha visto afianzada por la experiencia de estos años. Por supuesto que en un cargo como el que desempeña no puede tenerse el respaldo y agrado de todos los sectores porque cabalmente la función del Procurador es hacer señalamientos y los mismos siempre generan resquemores.
Pero la plática con el doctor Rohrmoser fue muy interesante porque me ratificó el punto de vista que tengo sobre la necesidad de que en Guatemala se haga mucho énfasis en difundir el concepto de los derechos humanos, de manera que la población pueda entender que no es, ni por asomo, una política de protección de criminales y delincuentes, como piensan muchos al ver el desempeño de la oficina del Procurador. Cuando un particular atenta contra un derecho fundamental de la persona humana, incurre en un delito que está tipificado como tal en nuestro Código Penal y debe ser perseguido por ello. La violación de los derechos humanos, conceptualmente, es cometida por el Estado por medio de sus funcionarios o agentes, lo que constituye un caso de mayor gravedad porque cabalmente el Estado se organiza para garantizar a los seres humanos el goce de derechos.
En Guatemala, por ejemplo, una violación de derechos humanos es la que se deriva de la falta de acción penal derivada de investigación para castigar a los culpables de delitos, porque las víctimas de la acción delictiva no pueden encontrar el consuelo de la justicia.
Creo yo que uno de los temas en los que la PDH tendrá que trabajar mucho en el futuro es cabalmente esa idea que tiene el doctor Rohrmoser de impulsar programas de educación y creación de la cultura de los derechos humanos para terminar con la distorsión planteada desde la época de los gobiernos militares, cuando deliberadamente se asoció el concepto con una defensa oficiosa de delincuentes. Y la elección de la terna dará oportunidad a que exista durante algunos días una mayor difusión de la temática que es tan importante para construir el futuro de nuestra Nación.