Una temporada llena de escándalos y sorpresas


Jenson Button, el campeón de la Fórmula Uno, conduce su monoplaza en la carrera nocturna del domingo que se llevó a cabo en Abu Dhabi, Emiratos írabes Unidos. FOTO LA HORA: AFP FRED DUFOUR

La temporada 2009 de Fórmula 1, marcada por el tí­tulo de Jenson Button con Brawn GP, estuvo llena de escándalos y sorpresas, hasta el punto de que la supervivencia del campeonato estuvo amenazada por la pelea entre las escuderí­as y la Federación Internacional del Automóvil (FIA).


A nivel deportivo, Brawn GP consiguió dejar huella en el campeonato. La escuderí­a británica, heredera de Honda, que tras varias temporadas desastrosas fue vendida al que fuera su director técnico, Ross Brawn, por una libra simbólica, impresionó a sus rivales.

Muy rápidos desde sus primeras vueltas, los Brawn GP hicieron una muy buena temporada y consiguieron el tí­tulo de pilotos y constructores. El «cuento de hadas» acabó siendo una pelí­cula de Hollywood, con un final feliz y espectacular para Jenson Button, su principal personaje.

El que fuera la esperanza frustrada del deporte del motor inglés puede sin duda felicitarse por haber decidido quedarse en Honda cuando Renault le tendí­a la mano en la pretemporada.

A sus 29 años, Button, al volante del mejor monoplaza del paddock este año, se llevó seis de las siete primeras carreras de la temporada y supo administrar sus victorias frente a sus competidores.

A nivel técnico, el cambio de reglas (nueva aerodinámica, neumáticos «slicks», sistema Kers, prohibición de ensayos privados durante la temporada, etc.) convulsionó la jerarquí­a tradicional. Ferrari y McLaren-Mercedes no supieron anticiparse a estos cambios, mientras que Brawn GP y Red Bull los aprovecharon al máximo.

Las disputas por el reglamento la tónica durante toda la temporada. Ya antes de que empezara, la FIA quiso modificar el sistema de atribución del tí­tulo, pero terminó retirando el proyecto.

Más adelante, las escuderí­as siguieron enfrentadas con la entidad por la cuestión de los dobles difusores, los elementos aerodinámicos que proporcionan más agarre y rendimiento a los coches, y que estaban instalados en los Brawn GP, Toyota y Williams, pero no en los Ferrari, Renault y McLaren-Mercedes.

En cuanto a polémicas el año fue parejo. El punto álgido se alcanzó a mediados de la temporada, cuando la FIA y las escuderí­as estaban duramente enfrentadas por el reglamento de 2010, en el cual la Federación Internacional querí­a imponer un presupuesto máximo a los equipos.

Ferrari, lí­der de la protesta ante este cambio, amenazó con abandonar la Fórmula 1, algo hasta entonces impensable, pero la FIA mantuvo su proyecto.

Ocho de las diez escuderí­as llegaron a anunciar que crearí­an un campeonato alternativo, lo que habrí­a supuesto la muerte de la Fórmula 1 actual, y la FIA terminó cediendo.

El «Crashgate» de Renault, el nombre con el que se conoce el accidente voluntario del brasileño Nelsinho Piquet en el Gran Premio de Singapur de 2008 (según el piloto, obedeciendo órdenes de los jefes de la escuderí­a para facilitar la victoria de su compañero el español Fernando Alonso) fue otro de los escándalos del año.

Tras el testimonio del brasileño, el Consejo Mundial de la FIA condenó a Renault a la expulsión definitiva de la Fórmula 1 en caso de reincidir en los dos próximos años.

Flavio Briatore, el antiguo director de Renault y personaje muy importante en la Fórmula 1, fue vetado de por vida y su ex ingeniero jefe, Pat Symonds, suspendido durante cinco años.

Por último, el gran susto de la temporada lo dio Felipe Massa, cuando fue golpeado por un elemento del amortiguador del auto de su compatriota Rubens Barrichello, que rodaba delante suyo, a más de 250 kilómetros por hora en las clasificaciones del Gran Premio de Hungrí­a.

El brasileño chocó contra un muro de neumáticos a 190 kilómetros por hora. Salvó la vida por unos centí­metros. El piloto de Ferrari tuvo mucha suerte y ya ha vuelto a subirse a un monoplaza, con ganas de darlo todo en 2010.»

Adiós a Bridgeston


La retirada de Bridgestone, suministrador único de neumáticos para la Fórmula 1, anunciada hoy es la tercera baja de importancia dada a conocer este año en la disciplina reina del motor tras las de Honda en diciembre de 2008 y BMW en julio de 2009.

«Bridgestone anuncia que no firmará un nuevo contrato de suministro de neumáticos con el campeonato del mundo de Formula 1 de la FIA (Federación Internacional del Automóvil). El contrato actual vencerá a finales de la temporada 2010», indicó el grupo hoy en un comunicado.

Bridgestone entró en la Fórmula 1 en 1997 para contrarrestar la supremací­a del grupo Michelin. Cuando éste abandonó la Fórmula 1 en 2007, Bridgestone se mantuvo como único suministrador del campeonato, del que la empresa estadounidense Goodyear se retiró al final de la temporada 1998.

Se trata de la última gran compañí­a que se distancia del mundo del motor debido a la crisis económica este año.

El mayor fabricante de automóviles del mundo, Toyota, anunció que dejarí­a de albergar el Gran Premio de Japón en el circuito del monte Fuji a partir de la temporada 2010. Su rival, Honda, vendió su equipo de Fórmula 1 al que fuera el director de su escuderí­a, Ross Brawn, que creó que la exitosa Brawn GP.

Y en julio el fabricante alemán BMW anunció que no estará en el paddock en 2010.

Entre otras disciplinas deportivas del motor, el rally también sufrió bajas, con la marcha a finales de la temporada pasada de los japoneses Subaru y Suzuki en la categorí­a WRC (World Rally Championship).