Noruega rindió hoy tributo a la memoria de los 76 muertos en los atentados que conmocionaron al país, y el primer ministro Jens Stoltenberg instó a los habitantes a unirse en torno a sus valores de paz y democracia.
Una joven musulmana de 18 años fue la primera víctima en ser sepultada. Después de un servicio fúnebre y un rito musulmán, Bano Rashid, inmigrante curda de Irak, fue enterrada en Oslo.
La policía dijo que todos los muertos en los ataques han sido identificados y que se tiene noticia de todos aquellos a quienes se daba por desaparecidos.
«Hoy hace una semana desde que Noruega fue víctima del mal», afirmó el primer ministro en un servicio conmemorativo en la Casa del Pueblo, un centro comunitario del movimiento laborista noruego.
Las balas de un atacante solitario abatieron a decenas de miembros del ala juvenil de su Partido Laborista, pero estuvieron dirigidas contra toda la nación, agregó Stoltenberg.
«Creo que el 22 de julio será un símbolo muy firme del deseo del pueblo noruego de unirse en nuestra lucha contra la violencia, y será un símbolo de cómo la nación puede responder con amor», dijo a la prensa después de la ceremonia.
El público exhibía ramos de flores cada vez que los oradores subían al podio y algunos de éstos no podían contener las lágrimas.
El dirigente juvenil del Partido Laborista, Eskil Pedersen, que estaba en la isla cuando el pistolero empezó su matanza sistemática, dijo que el ataque «no destruirá los valores básicos de Noruega como la democracia, la tolerancia y la lucha contra el racismo».
«Mucho antes de que (el atacante) se presente frente a un tribunal podemos decir que ha perdido», afirmó Pedersen. Prometió que la organización juvenil regresará a la isla de Utoya, escenario de la matanza, el año próximo para su reunión anual, una tradición de décadas.
Otra ceremonia conmemorativa se preparaba para el viernes en una mezquita en un distrito de inmigrantes en Oslo.
Anders Behring Breivik, un antimusulmán acérrimo, fue interrogado el viernes por la policía por la matanza desencadenada en la isla.
El abogado Paal-Fredrik Hjort Kraby dijo que el noruego de 32 años estuvo tranquilo durante el interrogatorio. Los investigadores creen que Breivik actuó solo, después de años de una planificación minuciosa, y dicen no haber hallado nada en apoyo de sus afirmaciones de que forma parte de una red militante antimusulmana que proyecta una serie de golpes de estado por toda Europa.
La policía dijo haber identificado a todas las víctimas, de las cuales 68 murieron en la isla y ocho por una explosión en el centro de Oslo. Breivik admitió ambos ataques pero no acepta culpabilidad penal porque se considera en un estado de guerra, dijeron su abogado y la policía.
La policía lo acusó de terrorismo, que conlleva una sentencia máxima de 21 años de prisión. Pero es posible que sea acusado de crímenes de lesa humanidad, con una pena de 30 años, dijo el fiscal Tor-Aksel Busch a The Associated Press.