Ayer recibí por correo electrónico una extensa nota del señor Pablo Monsanto para dar respuesta a lo que dije de él sobre la afirmación que hizo en el sentido de que los medios de prensa escrita eran parte de una conspiración contra el Gobierno. La Hora siempre ha garantizado el derecho de réplica o respuesta, lo cual obviamente no lo sabe este individuo porque me reta a publicar su escrito, mismo que al final no hace sino redondear la figura que de él he tenido.
ocmarroq@lahora.com.gt
Su misiva, aparentemente publicada en internet, dice así: «El veintiuno de julio de 2010, en un artículo escrito por el Director General del Diario «La Hora», Oscar Clemente Marroquín, se hacen una serie de críticas, señalamientos y juicios de valor; y, de manera despectiva, se alude y juzga a mi persona, a mi vida de guerrillero y a mi participación política, a partir de que expresé mi punto de vista sobre la situación actual que vive el país en el artículo titulado «Hacia una escalada más de la guerra política», dado a conocer por internet.
Violando el derecho contenido en el artículo 19 de La Carta de Naciones Unidas que garantiza la libertad de expresión, principalmente, en el primer inciso que dice «Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones», Marroquín arroja una serie de calificativos y juicios de valor que no tienen nada que ver con el contenido del artículo divulgado por internet. Además, el Director General del periódico «La Hora» señala que mi solicitud de obtener un espacio para escribir en dicho medio, «no fue posible precisamente por los antecedentes autoritarios y reñidos con la democracia que demostró, no sólo durante la lucha armada, sino todavía en el esfuerzo que hicieron por convertir en partido político a la URNG». O sea, pues, que «democráticamente» me juzga y «democráticamente» me niega el derecho de expresarme con libertad. ¡Vaya actitud democrática!
El que califica es él y es él que, partiendo de su particular punto de vista, autoriza quién puede expresarse; ¿Y, a eso le llama posición democrática?
A ver si respeta el derecho de respuesta garantizado en La Ley de Emisión del pensamiento, Capítulo IV, Derechos de aclaración y rectificación, Artículo 37, en donde se estipula la obligación de los periódicos a rectificar las ofensas y alusiones a cualquier persona, el cual literalmente dice: Toda persona natural o jurídica ofendida o injustamente aludida por algún medio de comunicación social, tiene derecho a que su declaración o rectificación sea gratuitamente difundida, en las condiciones que la ley determine, por el medio de comunicación social en que esa información hubiera sido emitida.»
En su artículo, trata de descalificar a los ex guerrilleros al caracterizarlos como personas sin autoridad moral para señalar a quienes están conspirando para alterar la institucionalidad del país. Con ello, pretende ignorar a quienes históricamente han propiciado y ejecutado los golpes de Estado en Guatemala, entre quienes no figuran los guerrilleros o los jefes guerrilleros.
Cómo difiere el criterio expresado por el Señor director de «La Hora» con el que expresaba su abuelo días antes de ser electo Vicepresidente de la República, en marzo de 1966, en ese mismo diario: «yo repito a todo galillo: acusar a los guerrilleros de bandoleros y asesinos es una falta de caballerosidad».
Sí, queremos dejar claro que los que elaboraron el plan para el golpe de Estado son, precisamente, los mismos que señalan con toda claridad el involucramiento de los medios escritos en la conspiración.
En dicho plan, el cual ha sido difundido por internet, en la parte que se refiere a las funciones, en el punto número 2) Medios de Comunicación, se lee: «Difundir noticias no siempre veraces que mantengan en la neutralidad o a favor de nuestra causa a la mayoría de la población y hacer que acepten pacíficamente la nueva situación surgida del «golpe de mercado». Estas noticias deben ser difundidas especialmente a través de los tres más importantes medios de comunicación escrita por los columnistas más identificados en este objetivo. Hay que tener el cuidado de no atacar algunas acciones «buenas» que el gobierno lleva a cabo sino que, en todo caso, hay que resaltarlas.»
Más adelante, cuando se describe la Segunda Etapa, Octubre Caliente dice: «Por otra parte, mientras los medios de comunicación democráticos profundizan la matriz, se debe forzar al presidente para que saque del gabinete y limite la actuación de toda vocería radical de izquierda.
Silencio total sobre diputados honestos, neutralizar alcaldes totalmente identificados con la UNE y Sandra Torres.» Y en el texto se describen otras tareas para la «prensa libre y democrática.»
Por último, Señor Director, si realmente es democrático y tiene la autoridad moral y ética que pregona, publique el artículo que critica y al cual se refiere en su escrito.
Guatemala, 26 de Julio de 2010″ Apenas un par de detalles a puntualizar. En efecto, decido quién escribe en la página editorial y lo mismo hará el señor Monsanto con su blog. La Carta de Naciones Unidas no obliga a los medios a publicar cualquier sandez, sino a los Estados a garantizar la libre expresión. Que nadie puede ser molestado por sus opiniones es cierto, pero que nadie se moleste es otra cosa y lo que le pasó a Monsanto es que se molestó, pero él tiene el derecho de seguir escribiendo en su blog sin limitaciones. Sobre su papel en la guerra y en la paz, sigo pensando que usaron de carne de cañón a mucha gente para asegurarse un espacio político que luego desperdiciaron. Y sobre el plan que él menciona, nadie me asegura que no sea de su propia autoría. De anónimos no hablo ni opino porque para todo lo que hago doy la cara. El recogió un anónimo y al difundirlo lo hace suyo. Que se moleste por mi opinión es distinto a que lo molesten por sus opiniones y ese, al fin de cuentas, no es problema mío.