Una reforma magisterial sin norte


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A lo interno del Ministerio de Educación se dice que todo está listo para poner en marcha la reforma al plan de estudios de Magisterio, pero en los colegios e institutos públicos impera la incertidumbre sobre la viabilidad y los procedimientos para echar a andar el proyecto, que según la ministra Cinthya del Águila, “va, porque va” el próximo año.

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POR ÉDER JUÁREZ
ejuarez@lahora.com.gt

Padres de familia consultados y analistas, por su lado, señalan que la falta de claridad en torno a la propuesta les hace dudar sobre su efectividad.

La viceministra técnica del Ministerio de Educación, Evelyn de Segura, afirma que ya se encuentran disponibles los lineamientos para que los institutos públicos y los colegios privados que hasta este año impartían la carrera de Magisterio, ahora, soliciten la apertura del Bachillerato en Ciencias y Letras con orientación en Educación o Magisterio de Preprimaria.

Esto como parte de la propuesta de reforma educativa en la carrera de Magisterio, que se extenderá a cinco años, incluyendo la formación de dos años en bachillerato y tres años de especialización en las aulas universitarias.

De Segura dice que en la actualidad ya se cuenta con 319 solicitudes de instituciones educativas públicas y privadas para que se les dé trámite a la apertura de estas carreras. De esa manera, los colegios e institutos que no soliciten la autorización del nuevo bachillerato no podrán tenerlo dentro de su oferta educativa.

Es así como la carrera de Magisterio en el nivel diversificado, en teoría, ya desapareció.

Sobre las críticas hacia la iniciativa, según De Segura, no es cierto que se tenga desconocimiento del qué hacer en el sistema educativo: “Es muy diferente lo que se dice, a lo que verdaderamente está pasando en el sistema”. También asegura que todo se encuentra en orden para echar a andar la reforma en el 2013.

Pero la tranquilidad y la confianza sobre la propuesta terminan en el edificio del Ministerio de Educación, porque en los planteles educativos hay más dudas que respuestas en cuanto a la reforma educativa.

“Yo no sé si de verdad van a hacer más larga la carrera; yo no puedo pagarle cinco años de estudios a mis hijas, así que todavía no sabemos qué hacer en mi familia”, dice Álvaro Torres, un padre de familia de Cuilapa, Santa Rosa, quien buscó información sobre la reforma magisterial en los institutos públicos, pero no consiguió respuestas en los docentes y directivos consultados.

Mayra de López, madre de familia, asegura que en los colegios de la zona 1 capitalina hay diferentes versiones sobre lo que sucederá con la carrera de Magisterio, pero ninguno tiene certeza de lo que va a pasar.

“El problema es que en menos de dos meses van a empezar las clases y nadie nos dice qué va a pasar y si las cosas se van a resolver, o todo va a seguir normal; pareciera que no tienen un plan claro de cómo hacer las cosas y así no les va a funcionar”, agrega.

“IMPOSICIÓN”

Carlos Aldana, director general de Docencia de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), considera que la reforma educativa que promueve el Ministerio de Educación se encuentra en una fase de impasse de carácter técnico, jurídico y social, puesto que no existe un acuerdo o una directriz legal que le aclare a los guatemaltecos qué va a suceder el próximo año, y tampoco se cuenta con la infraestructura necesaria para modernizar la formación de docentes como se plantea.

Además, en oposición a la reforma, estudiantes normalistas de la Capital han realizado múltiples manifestaciones, de la misma manera que pobladores de Totonicapán y estudiantes de los institutos públicos de todo el país han rechazado el proyecto. El apoyo social es escaso.

“La perspectiva general que se tiene de la modificación a la carrera magisterial es que se está imponiendo sin tener un sustento técnico y sin fundamento para que se plantee otra alternativa”, opina Aldana.

Además, considera que no existen las condiciones necesarias para la implementación de la reforma en el 2013, pues “no han entrenado y capacitado al personal para atender el nuevo bachillerato”, que difiere en buena medida del actual plan de estudios de Magisterio.

Asimismo Aldana manifiesta que todo lo que respecta al papel de las universidades en la reforma aún está sin asegurarse, ya que no existe una garantía de que al egresar del bachillerato los estudiantes puedan optar a los tres años de estudios en las universidades. “No hay garantías de nada y la imposición es muy grande”, puntualiza.

Entre tanto, Mario Rodríguez, del área de Educación del Instituto de Problemas Nacionales de la Usac, señala que de seguir así, la reforma a la carrera magisterial no resolverá el dilema que se planteó inicialmente, que era mejorar la calidad educativa.

Rodríguez coincide con Aldana en que existe un impasse legal ante los recursos legales que interpusiera la Cámara Guatemalteca de Educación, pero además encontraría otros obstáculos, como el traslado de los estudiantes a la universidad sin que exista previamente una carrera acorde a las condiciones que exige el plan de estudios del Bachillerato.

El experto sostiene que no existen las condiciones necesarias, principalmente en lo que se refiere al presupuesto del Ministerio de Educación, para implementar adecuadamente la reforma que se había pretendido.

“Finalmente creo que resultó siendo una demagogia”, expresa Rodríguez.

¿QUÉ SE REFORMA?

La estrategia del Ministerio, según la viceministra De Segura, no es hacer una publicación en el diario oficial sobre la reforma, sino entregar a cada institución educativa pública o privada un acuerdo ministerial individual a efecto de autorizar el cambio en las carreras y así evitar la problemática que ha causado desgaste al Gobierno.

De Segura informa que se está especulando sobre el trabajo que se está realizando dentro del Ministerio, pero señala que todo está listo para echar a andar el proyecto; en una entrevista con La Hora mostró un documento sobre el currículo nacional base que regirá la carrera de Magisterio, pero no lo proporcionó, argumentado que contaba solo con dos ejemplares.

La Mesa Técnica de Formación Inicial Docente, que ha sido la instancia que impulsa la reforma a la carrera de Magisterio, propone que esta sea dividida en dos etapas: una preparatoria y otra de especialización

Según la propuesta, la primera etapa contempla la creación de un Bachillerato en Ciencias y Letras con Orientación en Educación –de dos años de duración–, que podrá ser impartido en las escuelas e institutos normales y en los centros educativos privados; al terminar esta fase de estudios, los egresados aún no podrían impartir clases.

La segunda etapa consiste en una formación posdiversificado de carácter técnico bajo la coordinación del Ministerio de Educación y desarrollada en articulación con la Universidad de San Carlos de Guatemala, con tres años de duración; sólo con la acreditación universitaria se permitiría a los egresados incorporarse a la carrera docente.

En total sumarían cinco años en la carrera de Magisterio, que deberá ser implementada en todos los institutos públicos y colegios privados a partir de enero 2013.

De Segura insiste en que sí se cuentan con las condiciones necesarias, tanto técnicas como de infraestructura para que la reforma a la carrera magisterial entre en vigencia.

La infraestructura sería la misma que se utiliza actualmente, aunque con algunas modificaciones al integrar laboratorios de cómputo y talleres, pero según la Viceministra, esto será efectivo en los próximos años, porque de momento lo que se requiere es la implementación del primer año del Bachillerato.

Al ser cuestionada sobre la falta de equipamiento escolar y la falta de laboratorios de cómputo, De Segura dijo que no necesariamente tiene que ser un espacio físico con computadoras, sino que existen otras formas “más modernas” para implementar la tecnología, sin embargo, se contradice con lo dispuesto en el documento oficial del Ministerio de Educación titulado “Bachillerato en Ciencias y Letras con Orientación en Educación”, que establece la creación de espacio físico para los laboratorios.

Oscar Hugo López, director de la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media de la Usac, declara que el punto primordial en el que todos coinciden es la necesidad urgente de mejorar la formación de docentes.

En ese sentido, sostiene que la reforma del Magisterio abarca solo un área del sistema educativo, pero advierte que posteriormente se tendrían que reformar otros aspectos para ofrecer la calidad de educación que se pretende.

“No es suficiente tener instalaciones, equipo y materiales buenos sin que los maestros lo sepan utilizar; entonces lo primordial es la calidad de los maestros, pero que todo se hace paulatinamente, para mejorar los servicios en la educación”, indica.

Según el profesional, la Universidad se está preparando para darles cabida a los nuevos estudiantes, pero lo primordial es el tema del financiamiento, que implica una importante inversión.

En coincidencia con la Viceministra, comenta que sí se cuenta con las condiciones de infraestructura y técnicas en la Usac para echar a andar las reformas; de esa manera aclara que no solo se utilizará la infraestructura universitaria central, sino también de los centros regionales, así como las instalaciones de los mismos institutos que tendrán las nuevas carreras.

En contraste, Carlos Aldana destaca que la propuesta de reforma tiene múltiples vacíos y deficiencias, pero subraya que el principal error de las autoridades ha sido la ausencia de un plan de socialización y la falta de búsqueda consensos con los distintos sectores de la población que se ven implicados y perjudicados con lo que considera una reforma improvisada.

“El problema es que en menos de dos meses van a empezar las clases y nadie nos dice qué va a pasar y si las cosas se van a resolver, o todo va a seguir normal; pareciera que no tienen un plan claro de cómo hacer las cosas y así no les va a funcionar”.
Mayra de López
Madre de familia