Una Primera Dama seductora e informal


La esposa de Yukio Hatoyama, lider del partido demócrata, Miyuki Hatoyama (I) sonrí­e con Nobuko Kan (D) la esposa del ejecutivo Naoto Kan durante una campaña del partido en Tokio.

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<p>La futura Primera Dama de Japón, Miyuki Hatoyama, es una ex actiz, apasionada por el arte del buen vivir y la espiritualidad que deberí­a aportar un toque de fantasí­a al papel convencional de las esposas de los primeros ministros japoneses.</p>
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Su marido, Yukio Hatoyama, de 62 años, se hará cargo del gobierno japonés a partir del 16 de septiembre, luego de la histórica victoria en las elecciones legislativas realizadas el domingo del movimiento que preside, el Partido Demócrata de Japón (PDJ, centro).

Sin esperar el nombramiento oficial al cargo, la prensa japonesa ya se apasionó con su esposa, Miyuki, de 66 años, que aparece siempre sonriente y relajada ante las cámaras, a diferencia de su marido.

Esta mujer elegante y llena de encanto participa frecuentemente en programas de televisión para dar consejos culinarios, de vestimenta o de decoración.

Autora de varios libros de cocina sobre «la alimentación espiritual» o las recetas macrobióticas de Hawai, también se ocupa del vestuario de su marido, al que peina cada mañana.

«Mi marido es un hombre común en la vida de todos los dí­as», contó en una reciente entrevista. «Me encanta cocinar, pero después del desayuno o la cena, se levanta y va a la cocina en donde se obstina en lavar los platos», confesó.

Miyuki Hatoyama asegura que jamás hablan de polí­tica en su hogar y que a menudo le hace un masaje en los pies luego de una jornada agotadora.

«Es mi sol», confió el futuro Primer Ministro. «Me siento aliviado cuando vuelvo a casa. Ella (Miyuki) recarga mis baterí­as», añade.

Miyuki, que vivió una decena de años en Estados Unidos, se declaró impaciente de conocer a la mujer del presidente estadounidense, Michelle Obama.

«Es tan natural y tiene una sensibilidad tan cercana a la mí­a. Si tengo la posibilidad, estaré muy contenta de conocerla», indicó.

Miyuki afirma que, hasta ahora, concretó todos sus sueños. «Los sueños se vuelven realidad si realmente se creen en ellos. En el que pienso ahora y creo que podré lograr es el de hacer una pelí­cula en Hollywood», anunció.

Nacida en Shanghai en 1943 cuando Japón ocupaba una parte de China, Hatoyama creció en la gran ciudad portuaria de Kobe (oeste de Japón).

Durante la década de 1960 formó parte en la compañí­a de teatro japonesa Takarazuka, en donde todos los roles son interpretados por mujeres, antes de abandonar las tablas para partir hacia Estados Unidos.

Divorciada, Miyuki se casó en segundas nupcias con Yukio Hatoyama en 1975, heredero de una adinerada dinastí­a polí­tica comparada en Japón con la de los Kennedy. La pareja se conoció en California (oeste de Estados Unidos) cuando el futuro jefe de gobierno japonés estudiaba en la Universidad de Stanford.

Tienen un hijo, Kiichiro, ingeniero de 33 años, que actualmente es investigador en Moscú.

La Primera Dama de Japón confiesa que aprendió a vestirse, a hacer campaña y a ocupar el papel de esposa de un polí­tico gracias a su suegra, Yasuko, hija del fundador del fabricante de neumáticos Bridgestone.

«Pude hacerme un lugar en este mundo gracias a sus lúcidos consejos. Antes tení­a más bien el estilo «jeans»», declaró al semanario Mainichi.