Una nueva revolución


«El enfermo, el anciano y el herido sufren una desorganización de sus átomos provocada por un virus, el paso del tiempo o un accidente de coche. En el futuro habrá aparatos capaces de reorganizar los átomos y colocarlos en su lugar».

Eric Drexler en su obra «Engines of Creation».

El 20 de mayo de 2010 habrá de marcar una fecha importante en el calendario de la humanidad, la primera célula controlada, el nacimiento de la célula artificial.

Lic. Carlos Escobedo

No deseo entrar en valoraciones morales o en consideraciones teológicas, esto lo dejo para otros. Este es un gran paso para el hombre y un gran paso para la humanidad. Los genetistas lo llamarí­an en términos cientí­ficos «Creación de una célula bacteriana controlada por un genoma sintetizado quí­micamente».

El laboratorio del afamado biotecnólogo Craig Venter, en palabras del investigador de la UNAM, Martin Bonfil Olivera, ha «reprogramado una célula de la bacteria Mycoplasma capricolum, introduciéndole el genoma completo de otra especie, Mycoplasma mycoides, y lograr que viva y se reproduzca establemente. Esto ya lo habí­an logrado en junio de 2007; ahora la gracia consistió en que el genoma transplantado ha sido fabricado de manera completamente sintética, a partir de la información almacenada en una computadora.»

Para algunos este tremendo logro representa un importante paso, para otros se debe actuar con cautela, ya que este gran paso puede llevar a la humanidad entera al precipicio.

Durante algunos años tuve la oportunidad de dictar modestas participaciones en foros en los cuales diserte sobre la biotecnológica aplicada al uso de la guerra bacteriológica, la fusión o la mutación de virus virtualmente invencibles que pudieran provocar exterminios masivos en la llamada Guerra Sucia o Guerra Bacteriológica.

Hoy los biogenetistas perciben como un logro importante, como un aporte útil a la humanidad y es que para ellos las células sintéticas con genomas especialmente diseñados podrí­an apoyar en la degradación del petróleo (útiles en derrames petroleros), fabricar biocombustibles o hidrógeno a partir de la luz solar, producir vacunas y muchas cosas más. Sus detractores por el contrario ven en esta revolución la posibilidad del principio del fin, para algunos se pretende crear vida artificial y jugar un juego en extremo peligroso.

¿Qué uso le hemos dado a la rueda? ¿la pólvora? Estamos en presencia de la nanotecnologí­a señores y sin sonar a exageración, quien la controle, habrá de controlar al mundo en los próximos años.

Ahora bien, para la comunidad internacional se abren grandes retos: la formulación de una legislación internacional desde el propio Derecho Internacional que regule, por llamarlo de alguna forma, el uso de la nanotecnologí­a o de la biotecnologí­a molecular, como prefiera llamarlo y que evite lo que algunos ya consideran inevitable, el flujo de la información clandestina que desví­e los fines para los cuales fue creada, basta recordar la tecnologí­a nuclear.

He querido abordar este importante tema soslayado de los grandes titulares, el hombre ha girado su cabeza, del telescopio al microscopio, al mundo molecular, estamos en presencia de una de las mayores revoluciones que jamás antes hayamos visto, estamos ante un cambio paradigmático que habrá de reconfigurar muchas de las cosas que hasta ahora hemos presenciado, los grandes cambios tecnológicos que se iniciaron en los ochentas y que nos parecí­an hiper autopistas como el Internet, el plasma, el 3G, ahora el 4G, se quedan en caminos de terracerí­a comparados con este cambio revolucionario y que apenas da inicio. Amigos, entramos en una nueva revolución de la humanidad.