Muchas familias afectadas por el tifón que arrasó Filipinas celebraron hoy la Nochebuena con un par de bolas colgadas del árbol y cenas improvisadas.
La tradicional celebración, uno de los principales encuentros familiares en un país de mayoría católica, se organizó en muchos casos entre ruinas o en tiendas de campaña.
En la ciudad de Tacloban, en el centro del país y destruida en un 80 por ciento, muchos colocaron adornos navideños en sus refugios de emergencia. Algunas familias asaron al aire libre un lechón, pero otras tuvieron que conformarse con las ayudas que reciben de las organizaciones de asistencia.
Frente a una antigua escuela que desde el tifón «Haiyan» sirve como almacén muchas personas hicieron fila bajo la lluvia para recibir alimentos. Allí las familias decoraron un alambre con forma de árbol con adornos navideños.
En la catástrofe del 8 de noviembre murieron más de 6.000 personas y más de cuatro millones perdieron sus hogares. Unas 100.000 viven aún en refugios de emergencia, informaron hoy las autoridades de protección civil.