Una mala paz genera la guerra


Grupos indí­genas realizaron una ceremonia conmemorativa por la firma de la paz. Rogaron a los dioses claridad para los polí­ticos, especialmente diputados, que no han legislado nada a favor de su grupo. FOTO LA HORA: JOSí‰ DíVILA

A 14 años de la firma de los Acuerdos de Paz, considerado como el acto que representó una esperanza para terminar con las muertes violentas en el paí­s, la principal conclusión, según los expertos, es que no hay mayores avances y según Amí­lcar Méndez, jefe de la Unidad de Acuerdos de Paz de la Procuradurí­a de los Derechos Humanos (PDH), «una mala paz es peor que una guerra» y «fuimos ví­ctimas de la guerra en el pasado, pero en el presente somos ví­ctimas de la paz».

Eddy Coronado
ecoronado@lahora.com.gt

Durante todo el dí­a, ha habido actividades recreativas para la población en general, para conmemorar la Firma de la Paz. FOTO LA HORA: JOSí‰ DíVILA

Hoy se conmemoran 14 años de la firma de los Acuerdos de Paz y desde entonces en el Patio de la Paz, ubicado en el Palacio Nacional de la Cultura, en el centro de la ciudad, se coloca una rosa para recordar ese acto solemne.

Sin embargo, los avances son cuestionados por los mismos comisionados encargados por el cumplimiento de este pacto. Esta mañana se llevó a cabo un foro de diálogo en el cual se destacaron los principales obstáculos que impiden el cumplimiento de los acuerdos.

Byron Barrera, coordinador de la Comisión de Desarrollo Económico Social, del Consejo Nacional para el Cumplimiento de los Acuerdos de Paz (CENAP), lamentó que todaví­a existen grandes retos para que esa firma efectuada en 1996 pueda trasladarse a la práctica.

Los principales rezagos, según Barrera, están en el área de salud, y aseguró que en los programas en el sistema de salud, hay cero avances, además criticó que los métodos de educación todaví­a presenten grandes deficiencias.

Pero también enfatizó en que el mayor de los problemas está en la inseguridad e injusticia, porque la impunidad sigue vigente. Barrera explicó que la corrupción continúa siendo parte del Estado y del total de presupuesto «casi 25 mil millones de quetzales es por fugas diversas, causadas por la corrupción».

Según el Coordinador de la Comisión de Desarrollo de la CENAP, «uno de los Acuerdos de Paz señala que quienes se desempeñen en el Estado deben ser personas honradas, capaces, eficientes y esto no es así­, porque cada dí­a hay un mayor desprecio por la gente honrada y capaz».

Aunque Barrera no descartó que haya avances, lamentó que no sean en la velocidad requerida. Mientras, Manuela Alvarado, subcoordinadora del CENAP, recalcó que «el Estado no cumplió con la divulgación adecuada de los Acuerdos de Paz», para lograr un mejor cumplimiento.

PEOR QUE UNA GUERRA

Mientras hoy, en las afueras del Palacio Nacional de la Cultura se preparan festividades por la conmemoración de un año más de «paz», en las calles la situación es muy diferente y los guatemaltecos enfrentan cada vez más los í­ndices de violencia.

Amí­lcar Méndez, jefe de la Unidad de Acuerdos de Paz de la PDH, en relación a la práctica de este acuerdo criticó que «una mala paz es peor que una guerra», y es así­ como está el paí­s, aseveró; puesto que «hay más derramamiento de sangre ahora en periodos de paz, que en periodos de la guerra».

Méndez, además, destacó que «fuimos ví­ctimas de la guerra en el pasado y en el presente somos ví­ctimas de la paz», una paz que no es percibida en su mayorí­a porque «en estos 14 años, tristemente hemos vivido un discurso de paz salpicada de sangre».

IGLESIA La paz está en el corazón de cada uno


«No pretendamos que cambien las estructuras y haya paz en Guatemala si dentro de nosotros no hay paz», expresó monseñor í“scar Julio Vian en el dí­a que se celebran los 14 años de firmados los acuerdos. En el marco de esta celebración, menciona que es más lo que le hace falta a Guatemala que lo que ha logrado hacer en cuanto a construir una cultura de paz.

«Quizá no se le ha dado la importancia de lo que es la firma de la paz para poder empezar a que se cumplan aquellos tratados que nos han obligado a tener que realizar» dice Monseñor, quien hará esta tarde el Cambio de Rosa en el Patio de la Paz del Palacio Nacional de la Cultura, en lugar del Cardenal Rodolfo Quezada Toruño que se encuentra en recuperación por una reciente operación en donde se le instaló un marcapaso en el corazón.

Según Monseñor Vian, lo que le falta a las autoridades es tener una buena voluntad en seguir adelante y cumplir los tratados de paz, aun así­, llama a la reflexión a todos los guatemaltecos diciendo que si no cambia la persona y si en su corazón no hay paz, ni en su vida interior y espiritual no la podrá dar a los demás y que «que formar la paz desde pequeños es obtener la paz para nuestra sociedad», solo de esta forma, reitera, podrán cambiar las estructuras que gobiernan al paí­s.

INDíGENAS Ruegan por la claridad de los polí­ticos


En el dí­a Belejeb Noj del calendario maya, pueblos indí­genas realizaron esta madrugada una ceremonia maya en conmemoración de los 14 años de paz en donde, de forma especial, solicitaron al «corazón del cielo y corazón de la tierra claridad en los diputados y autoridades de Gobierno para el venidero año electoral».Dicha ceremonia se llevó a cabo en Kaminal Juyú y contó con la presencia de decenas de personas y representantes de las embajadas de Costa Rica, Argentina y Holanda.

Según los cuatro pueblos indí­genas que estaban representados en el lugar, en los cuatro años de legislación de los diputados del Congreso, éstos aún no han promovido ningún decreto o ley que esté a favor de los pueblos indí­genas.

Pedro Ixchop, sacerdote maya, llamó a la conciencia al legislativo para que los primeros meses del año 2011 se apruebe la iniciativa de ley 38-35 que protege y da acceso a los lugares sagrados, en donde actualmente, muchos de ellos se encuentran restringidos de realizar alguna actividad maya.

Con el tema de la paz, mencionan que hay grandes contrastes y tensiones entre las comunidades en el interior del paí­s, por lo que les adjudican a las autoridades un 15% de cumplimiento en los acuerdos que fueron firmados en diciembre de 1996.